Revista Sociedad

Dicen que las biciletas son para el verano

Publicado el 30 noviembre 2011 por Hogaradas @hogaradas

Por Hogaradas
Mi primera bicicleta fue una GAC Mobylette de color rojo que mis padres me compraron en Deportes Tuсуn, en Mieres. El dнa que por fin llegу mi bici fue uno de los mбs felices de mi vida, y rauda y veloz me encaminй al parque dispuesta a estrenarla. Colocada a la altura de los columpios, cerca del antiguo kiosco de Manolo, descendн sin control hasta estamparme contra la barandilla, incapaz de tocar el freno en el corto trayecto que distaba de un lado a otro, y dejбndome llevar por completo por la fuerza de la gravedad en un viaje que tuvo como destino final aquella barandilla y como resultado del mismo la rotura de la luz de la parte delantera de mi nueva y reciйn estrenada bici; el piloto trasero no correrнa mejor suerte, pero esta vez en el campo de abajo, y por la imprudencia no recuerdo muy bien de quiйn, pero seguro de algъn amiguete no demasiado diestro tampoco con las bicicletas.
Con mi amiga Yoli disfrutй de aquella bici intensamente, subiendo por la carretera de Hunosa hasta la Rabaldana y desde allн bajando raudas y veloces hasta nuestra casa, esta vez por la general. Eran aquellos unos veranos calurosos y felices en los que la bicicleta era nuestra compaсera casi diaria, asн que tocaba pedalear aprovechando la novedad que suponнa tener nuestro propio medio de transporte.
No recuerdo muy bien si fue con Yolanda o con Ana Gloria con quien tuve uno de los mayores percances en cuanto a mis andanzas con la bici se refiere; bajбbamos como alma que lleva el diablo por la cuesta del centro, la cual resultaba tremendamente placentera dada su pendiente, pero un frenazo a destiempo justo delante del almacйn de piensos de Pandiellu nos hizo saltar literalmente por los aires, con el consiguiente susto y las magulladuras posteriores, aunque afortunadamente sin consecuencias de importancia para ninguna de las “tres”.
Desde entonces pocas han sido mis incursiones en el mundo de la bici, nunca mбs he vuelto a tener una, excepto la estбtica que descansa en mi trastero y a la que nunca acabй de encontrarle la gracia, me imagino que como tanta otra gente. Pedalear sin ir a ninguna parte me parece un ejercicio falto de toda emociуn al que nunca acabй de encontrarle el gusto, a pesar de que constituya una manera eficaz de hacer deporte y mantenerse en forma.
En Holanda volvн de nuevo a subirme en una bicicleta, esta vez acompaсada de mi amiga Elena y descubriendo, como reza la pelнcula, que para mн la bicicletas siempre serнan para el verano, nunca jamбs, como en el paнs de los tulipanes, un medio de transporte. Empicoretada en aquella bicicleta de frenos imposibles, en los pedales, era el asombro de todos los coches a los que pretendнa dar paso moviendo mi mano como si de un agente de trбfico se tratara, cuando era yo quien tenнa preferencia, en un lugar en el que los carriles y seсales para las bicis estбn perfectamente reglamentados. Pero era esa la ъnica manera que se me ocurrнa de salir ilesa de aquella situaciуn, pararme y ceder el paso o lanzarme a toda velocidad olvidбndome del freno, el cual nunca sabнa en quй lugar conseguirнa parar mi bici, era tal la desobediencia que me proferнa, y con el que mantenнa una relaciуn que habrнa necesitado de bastante mбs tiempo para haber llegado al menos a un mнnimo entendimiento. Mбs que seguridad, era una terrible desazуn la que me producнa su manejo, asн que durante mi estancia allн intentй sobrevivir como pude a los peligros que suponнan la falta de destreza en su uso. Era evidente que aquella bicicleta y yo йramos incompatibles, aunque reconozco echando la vista atrбs que aquellos dнas en su compaснa no estuvieron exentos de emociуn y de momentos tremendamente divertidos.
Hace tiempo que no he vuelto a subirme en una bici, pero me gustarнa, sobre todo en mi preciosa GAC Mobylette, la primera, la ъnica, aquella que recibн con la misma ilusiуn con la que la disfrutй, de la que no recuerdo cuбl fue su final, pero que me proporcionу unos de los mбs felices y mejores momentos de mi infancia.


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