Diciembre, 31 motivos para agradecer: La Puerta

La puerta de mi casa siempre está abierta para mi familia y mis amigos. En Navidad pongo un adorno con muérdago que cuelga de mi puerta. Pero recién ahora me entero cuál es el significado de esta tradición.

El muérdago era sagrado para los antiguos Druidas (sacerdotes celtas) que le atribuían maravillosas virtudes curativas. El rito de cortarlo era muy ceremonioso y complicado. Se debía cortar el primer día de luna nueva y no se podía cortar con ningún instrumento de hierro o acero, por ello utilizaban una hoz de oro.

Durante la Edad Media imperaba la creencia de que si se cortaba la planta sin la debida reverencia, el que la tomaba con sus manos sería castigado por su desatención.
Según una leyenda escandinava, el dios Baldur, fue hecho invulnerable a todo mal producido por los 4 elementos: aire, fuego, tierra y agua. Sin embargo una flecha con una rama de muérdago le derribó, los dioses decidieron que no muriera, pero a cambio la planta no tocaría la tierra, creando así un elemento que no es del cielo ni de la tierra ya que sus raíces no tocan nunca la tierra ni se sostiene por sí mismo en el aire. Y esto es totalmente cierto, ya que es una planta parásita que crece en las ramas de otros árboles.
Se dice que se confeccionaban guirnaldas y adornaban las casas para proteger a sus moradores de espíritus maléficos y evitar visitas indeseadas, se extendió la costumbre de colocar unas ramitas en las entradas de las casas, y como éste era el lugar de intercambio de besos con las visitas que llegaban, se creo esa vinculación entre el beso y el muérdago. Por ello, casi todas las personas asocian esta planta con la costumbre navideña de besarse debajo de ella para conseguir amor eterno o iniciar una relación.

Cuando adquirimos un ramillete de muérdago para nuestras casas, nos llevamos también un símbolo de regeneración y restauración de la familia y del hogar, nos llevamos un poderoso protector contra males indeseables y una garantía de amor eterno.

Según la tradición, el muérdago se tiene que regalar, y una vez en casa se ha de colocar cerca de la puerta de entrada para que no pasen malos espíritus. Al año siguiente éste tiene que quemarse y sustituirse por uno nuevo que también tiene que ser regalado. Y así cada año.

Hoy ya lo encontramos cortado en ramilletes, de nosotros depende dejarlo entrar en nuestras casas o regalarlo para que nos proteja.

Si te gustó esta nota, quizás te interesen estas otras:

1. Diciembre, 31 motivos para agradecer: Rojo
2. Diciembre, 31 motivos para agradecer: Un adorno