¡Qué tema! En mi hogar vamos a contramano del mundo: no nos hacemos regalos para Navidad (hablo de los adultos). Para nosotros, esta fiesta es para compartir en familia, con amigos, para celebrar la llegada del Niño Dios, no es una oportunidad para llenar el arbolito de regalos ni andar como locos bajo el implacable calor de diciembre buscando qué comprar.
Los únicos que reciben la visita de Santa son los chicos (y eso sólo si regalaron ellos mismos algunos de sus juguetes) y debo admitir que me llena de alegría verles los ojitos brillar, ver cómo se les hace eterna la llegada de las 12….
Los arbolitos repletos de regalos son preciosos… ¡en las películas! en la vida real, la Navidad es otra cosa… al menos lo es para nosotros…
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