Cuando era chica, cada Navidad era mágica: íbamos a la casa de mis abuelos, que vivían a 200 km de nosotros y la tradición era ayudar con los preparativos. La mesa navideña de mi abuela Felisa era memorable. Había manjares que no comíamos en todo el año y mi nona hacía todo ella: desde el pan dulce hasta toda la mesa dulce para celebrar la llegada de Nuestro Señor.
Las Tradiciones van cambiando a medida que va cambiando la familia: yo no le dedico el tiempo ni las ganas de mi nona a la cocina, pero para Nochebuena me esmero: sea donde sea que celebremos (cada año vamos cambiando de casa) llevo comida rica, las que cocinamos con mis peques…
Lo que no cambia tampoco es que tradicionalmente no usamos pirotecnia… de chica mi papá no nos dejaba y hoy que la adulta soy yo, me parece una locura que se festeje de esta manera. Por tradición, le decimos no a la pirotecnia.
Lo que se ha convertido en tradición desde hace unos años es que las nenas eligen 3 de sus juguetes (que funcionen, sanos y limpios) y lo deben regalar. Sólo así Papá Noel les traerá el regalo de Navidad.
Me gustaría que mis hijas supieran que Navidad se trata de dar antes que de recibir. Ojalá esto lo repitan con sus hijos y con los hijos de sus hijos.
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