Revista Opinión

Dicotomía

Publicado el 30 octubre 2019 por Carlosgu82
Ya tenía unas cuántas líneas escritas cuando por el rabillo del ojo siento algo que se movía  y me miraba desde el living. Levanto la vista y me doy cuenta que con el día de sol había abierto todo, pero me había olvidado de correr los mosquiteros. Un señor zorzal, que visita la terraza todos los días, y es fácilmente identificable porque le falta una patita, se había metido en el living como Juancho por su casa. Por un momento tuve pánico que el de 4 patas, que por suerte dormía, se diera cuenta de que teníamos visitas y en un ataque de celos lo lastimara o asustara. Eso no pasó. Antes de que esto sucediera el chiquito encontró  muy fácilmente la salida. Esto me da pie para lo que estaba escribiendo: Tigre, un lugar con una fauna y flora increíble a metros de la estación y del centro comercial. Podría subir fotos geolocalizadas para que vean que no hay más de 500 metros como mucho entre uno de los edificios más lindos de Buenos Aires y las garzas paradas a orillas del río buscando su comida.Tener un zorzal en el living pasa a ser un detalle menor cuando las palmeras que abundan son nidos de al menos 3 populares caranchos que de a ratos abandonan sus nidos y producen una conmoción entre las ociosas palomas al sol en el techo de algunos edificios. Espacios verdes cuidados, canteros llenos de plantines de estación, avenidas embanderadas completan y dan marco a los ríos que bordean la zona que se encuentra del otro lado del Puente Sacristi, el más transitado, aunque Puente Rocha, con su castillitto escondido al borde del río, es el más pintoresco. Toda esta descripción presupone un lugar maravilloso, pero en lo visual se acaba todo. El turismo en Tigre es lo que se denomina «turismo barato». Gente que se baja del tren los fines de semana con el termo y el mate se sienta a orilla del río y en la mayoría de los casos nos deja toda su mugre ahí. Es cómico leer como las inmobiliarias hablan de sus emprendimientos ubicados en Tigre con una «gran oferta gastronómica». Lo único que funciona bien en Tigre a nivel gastronómico son los choripanes del Puerto de Tigre. Son de las pocas cosas que subsisten desde hace años por dos motivos: por ricos y por la atención de su dueña, Gladys. Otros, por estar a orillas del río, se creen que tienen todo resuelto.

 Ni hablar la diferencia de ir a un lugar, en caso de que esté abierto, un día de semana o un fin de semana. Hablo de trato y precio .

En fin… esto es Tigre. Muy lindo para el que lo ve de afuera o para el fanático del lugar, pero la realidad no siempre es lo que se ve o lo que dicen. No creas nada…bueno, no creas todo.

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