Dictadores: Fulgencio Batista

Foto de portada: Google images

Más tarde fue nombrado jefe del estado mayor cuando Grau asumió el poder como miembro único. Pese a todo, Carlos Mendieta, lo derroca con ayuda de los Estados Unidos, manteniéndose en el poder por alrededor de once meses. en el país hubieron  muchos presidentes títeres, aunque  Fulgencio Batista ya estaba muy bien acomodado en las cúpulas de poder y no pensaba moverse de allí, pues prefería esperar, ansioso, el momento adecuado para obtener el poder.

En la presidencia de Cuba y su vida posterior

Batista fue muy astuto, pues consiguió contactos entre diversos grupos políticos  y en las elecciones de 1940 se creyó lo suficientemente fuerte como para postular. Le ganó a Grau en aquellos comicios, los primeros que celebraba el pueblo cubano con su nueva Constitución.  Durante cuatro años, Batista ejerció el poder tratando de darle modernidad, prosperidad y progreso a su país.

Implementó algunas leyes para los trabajadores, toleró los sindicatos y atrajo la inversión extranjera, ganándose la buena fe de Estados Unidos. Cuando estalló la guerra mundial, Cuba se la declaró a Alemania, Italia y Japón luego del ataque a Pearl Harbor. Finalmente, tras dejar el poder marchó a Estados Unidos dejando a Cuba bastante estable. Se divorció y se volvió a casar en 1945. Con algo de dinero ahorrado, y por qué no, robado, durante su tiempo como presidente, vivió una vida feliz en Estados Unidos durante casi ocho años. Si bien se mantuvo cerca de la política cubana, prefirió mantenerse al margen de toda participación directa e in situ. Sin embargo cuando el Partido de Acción Unitaria le ofreció volver a postular a la presidencia en las elecciones de 1952, no pudo resistirse.

El camino hacia la dictadura

EL 10 de marzo de 1952, siendo Batista uno de los postulantes a la presidencia, se lleva a cabo un golpe de estado y toma el poder. Al parecer, esto se dio porque su popularidad había descendido bastante. Tras el golpe se nombró un presidente provisional, aunque no pasó mucho tiempo antes de que Batista se haga con el cargo. Sin embargo, aquel Fulgencio del primer gobierno había desaparecido. En lugar de continuar con una política de modernización, la pobreza en Cuba se incrementó, pues al parecer la preocupación del dictador era la de formar parte de la oligarquía cubana. La isla era un país atrasado, es innegable, y gran parte de la nación estaba desprovista de educación, agua potable y un empleo digno.

Por otro lado el país se convirtió en uno verdaderamente corrupto. Es extraño este cambio de Batista, pero todo parece indicar que el origen de dicha aptitud radica en la pretensión de agrandar su fortuna personal. Así entonces, establece contactos con Lucky Luciano, un famoso gánster de origen italiano, y Meyer Lansky. A estos y muchos intereses más, se les cedió el control de negocios, como casinos y lugares de encuentros, hipódromos, entre otros establecimientos de entretenimiento. Se podían ver prostitutas a cualquier hora, adictos, alcohólicos y contrabandistas.

Cuba así se convirtió en algo así como el callejón de Estados Unidos. En los años siguientes, Batista terminó por convertirse en el dictador que todos conocemos y uno de los más odiados de la historia. Antes que nada atrajo a los inversionistas estadounidenses, los que prácticamente ocuparon todos los aspectos de la vida cubana, desde los teléfonos hasta los hoteles. Era indignante para cualquier cubano, sin embargo, ver como miles se morían de hambre, pues dicha riqueza y progreso estaba destinado sólo a una oligarquía, mientras que los yanquis usaban la isla como un lugar de veraneo, prácticamente como una colonia más de Estados Unidos. Por otra parte, ante cualquier protesta o reclamo, el gobierno se encargó de llevar a cabo una represión total, se suprimieron las libertades individuales, la libertad de prensa, se persiguió a los comunistas, entre otras cosas comunes que se pueden apreciar en una dictadura.

La revolución

Es bajo este contexto que la sociedad cubana fue generando todo un sentimiento de desprecio hacia su jefe máximo, quien gobernaba de modo absoluto por casi diez años. Pero no fue necesario llegar hasta la década del sesenta para ver los primeros brotes de rebeldía, pues ya desde el 26 de julio de 1953, luego del ataque al Cuartel Moncada, entre los cuales se encontraba Fidel Castro, algunos cubanos habían demostrado que estaban en franco desacuerdo con el régimen de Batista.

Fue este uno de los hechos por los cuales Batista suspendió las garantías a sus compatriotas, aunque para algunos eso sólo huele a pretexto.  A partir de allí se generó todo un descenso en su popularidad, y el haberse aferrado al poder fue su condena. Las represiones fueron brutales, hubo fraude en las elecciones de 1954 y los disturbios, pobreza generalizada, así como la miseria eran pan de cada día en gran parte de Cuba. Mientras tanto, sobre todo en las zonas costeras, era común ver a los estadounidenses gozar de su opulencia, indiferentes ante los problemas de la nación cubana, y preocupados sólo por sus intereses económicos.

Así entonces Castro y sus guerrilleros se manifestaron abiertamente en contra de su gobierno y Batista empleó todos sus medios para acabar con los rebeldes. Sin embargo, la ineficacia de su Ejército, lo llevó a aplicar una penosa purga entre los miembros de dicha institución. Esto también le granjeó críticas y descrédito. Esto se vio reflejado cuando en 1958, los cubanos forman el Movimiento 26 de julio, conformado en gran parte por pequeños burgueses, y ya no tan sólo pobres…dando su respaldo a los guerrilleros de Fidel.

Estados Unidos por su parte vio peligrar sus intereses y apoyó con material bélico al gobierno de Batista, quien no dudó en usar inclusive las bombas napalm. Pero ante la presión internacional, hacia fines de los cincuenta Estados Unidos deja de vender armas al gobierno cubano sentenciándolo.

El retiro y muerte de Fulgencia Batista

Como Estados Unidos había dejado de apoyarlo, Batista se da cuenta que lo mejor es dar un paso al costado. Se celebraron elecciones en marzo de 1958 pero fueron boicoteadas por el pueblo. Tras ello, Earl Smith es enviado por Washington para pedirle a Batista que abandone el poder definitivamente. Este pide asilo en Estados Unidos pero se sugiere en cambio España.

El 31 de diciembre de 1958 da un brindis por año nuevo, y huyó a la madrugada siguiente llegando hasta Ciudad Trujillo en República Dominicana. Consigo se llevó cerca de 300 mil millones de dólares, además de otros intereses, obras de arte, acciones, títulos, y demás. Luego en Cuba sobrevendría la Revolución Cubana. En cuanto a Batista, no fue bienvenido en República Dominicana, y le fue negado el ingreso otra vez a los Estados Unidos, al igual que México. Finalmente, Portugal acepta darle asilo si se retiraba de la vida política. Aceptó y allí vivió con su segunda esposa Marta Fernández Miranda de Batista y sus hijos escribiendo libros sobre lo sucedido en Cuba y supervisando sus negocios. Encontró la muerte el 6 de agosto de 1973 de un ataque al corazón, en Guadalmina, España.