Revista Cine
Director: Julian Roman Pölsler
Vaya, la entrada de ayer me salió más larga de lo que pensaba, pero supongo que uno no se puede detener cuando las cosas están en marcha, cuando las cosas están sucediendo... Será cosa de dejarse llevar, digo yo. El plan es que la entrada de "Die Wand" tampoco sea larga, pero ya ven que la vida nos puede dar sorpresas. A todo esto, ¿cómo es que todos están hablando de "The Neon Demon"? Vamos, yo no puedo ser menos, pero habrá que esperar cinco días, ya verán por qué. Volviendo a "Die Wand", me la encontré en el listado de películas que buscaban una nominación al oscar a mejor película extranjera, y debo decir que me interesé en ella porque en el afiche oficial (al menos el que yo vi) aparece la protagonista acompañada de un perro, y ayer mismo explicaba eso de que los perros me caen bien y son mis favoritos y justifican el visionado de cualquier película. Soy un tipo con principios de hierro, como pueden ver...
"Die Wand" no es una película excepcional, pero sí es interesante y, cuanto menos, curiosa. La premisa es que una mujer que va de vacaciones a las montañas se ve aislada del resto de la humanidad por una pared invisible, o quizás un domo como el de la película de Los Simpsons o el de esa serie llamada "The Dome", sólo que acá la señora se queda sola con un puñado de animales y en realidad nunca nos enteramos del origen de la pared. Si bien al inicio el director indaga en las extrañas circunstancias por el lado de lo sobrenatural, intentando construir una atmósfera de suspenso y extrañeza apelando a lo descolocante y misterioso de la situación, poco a poco el relato va comprensiblemente mutando hacia una reflexión algo más existencial y filosófica, con la protagonista narrando su situación a través de preguntas sobre la naturaleza del ser humano, sobre si ella misma sigue siendo una persona como tal o simplemente devino en animal: la pérdida de convenciones sociales, la supervivencia instintiva, la conservación de principios éticos, etc. Más que un argumento de estructura clásica, "Die Wand" ofrece la exploración de cómo esta mujer enfrenta su repentina soledad; el conflicto sería más bien interno y moral, no tanto de acción y reacción, por lo que no crean que el relato será una suerte de enfrentamiento por preciados bienes o algo similar, es sólo la protagonista intentando conservar la cordura y la vida lo más humanamente posible, pasando de las dificultades manuales iniciales a las dificultades mentales posteriores. El director filma "Die Wand" de manera pausada y contenida, sin efectismos, buscando que el componente psicológico asfixie a la imagen y al espectador. Yo no diría que "Die Wand" es soporífera e iterativa, pero sí es cierto que es mucho más estática y ulteriormente simple de lo que le conviene, aunque no está ni mal planteada ni desarrollada, pero sí desaprovechada, pues se pudo profundizar más en el estado psicológico/emocional de la protagonista y no dejar completamente de lado lo sobrenatural. Se pudo haber aprovechado mejor el conflicto instalando algún otro antagonista que tuviera más presencia narrativa y que no sea sólo la misma mujer atrapada. Al final la película es como un episodio, un extracto en la nueva vida de la protagonista cuya urgencia e intensidad es tan efímera como el tiempo que ella se toma para recordarlo (el relato su ubica en "el futuro", con la mujer recordando/narrando los inicios de su situación), y cuya conclusión (la razón se sobrepuso a lo irracional) es más anecdótica que un triunfo verdadero. No será una película para recordar, pero vale la pena ver "Die Wand", aunque sea por el optimismo con que a veces la protagonista describe su relación con los animales y con el entorno. Creo que puede haber un necesario mensaje de equilibrio y respeto por la biodiversidad.