Diego Baza Soto
con uniforme de coronel.
Imagen:Cartagena Histórica
Uno de estos Jefes fue el cartagenero Diego Baeza Soto comandante de Infantería de Marina. Nada más tener conocimiento de la sublevación militar se puso al frente de la emisora central de radio, desde donde interceptaban los comunicados de los sublevados e inmediatamente los ponía en conocimiento del gobernador militar, general Toribio Martinez Cabrera, quién a su vez informaba a los representantes politicos del Frente Popular, que instalados en el Ayuntamiento tomaban con el general las decisiones pertinentes para impedir que Cartagena y su Base Naval cayeran en manos de los miliares sublevados.
En aquel julio de 1936 Baeza estaba al frente del Juzgado Permanente del Arsenal, una vez controlada la situación fue nombrado Jefe del Regimiento Naval, el nombramiento, de fecha 20 de julio, partió del Jefe de la base, CN Antonio Ruiz Gonzalez, para sustituir al Tte.Col. de Infantería de Marina Francisco Ariza. Dos días más tarde Ruiz Gonzalez ordena a Baeza que tenga lista la Compañía de Arsenales para trasladarse al frente de Hellín, en el caso de que el Gobernador Militar así lo dispusiese. Se crea el Regimiento Naval nº1 bajo el mando de Baeza, consta de 23 batallones de milicias de infantería y Baeza es ascendido a Tte.Coronel. El 20 de noviembre de 1936 la Gaceta de la República publica el nombramiento de Baeza como Coronel habilitado, según Decreto del 3 de agosto, la disposición la firma el Subsecretario de Marina, Benjamín Balboa.
La guerra toca a su fín. En el mes de marzo de 1939 la Flota parte para el exilio. Los marinos republicanos se debaten entre subirse a los barcos, marchar al exilio y librarse de la represión, o permanecer en Cartagena con la esperanza de un juicio justo. La inmensa mayoría de ellos parten con la Escuadra a un destino incierto. Aquellos que habiendo permanecido leales a su juramento y no habían hecho más que cumplir con su deber, permanecen en Cartagena. Diego Baeza fue uno de los que se quedaron, no subió a bordo de los buques, permaneció en Cartagena junto a su esposa, Luisa Aguilar Molero, con la esperanza de que las autoridades franquistas actuaran justamente, sus manos estaban limpias y su comportamiento había sido el de un militar leal. Se equivocó, como todos los que permanecieron en España.
Es sabido que la represión franquista, una máquina demoledora, aprovechaba cualquier circunstancia para convertirla en prueba de cargo contra los militares republicanos. A falta de otros cargos exclusivos del ámbito militar, el fiscal que actuó en la Causa abierta contra Baeza Soto se valió de un artículo publicado en "El Liberal de Murcia" el 22 de julio de 1936, en el que se sobre Baeza se dice:
El Regimiento de Infantería de Marina está puesto en manos de un republicano demócrata al cien por cien,El fiscal también incorpora a la Causa parte del contenido de una publicación editada por la C.N.T bajo el título "Figuras y gestas de Regimiento Naval nº 1", que sobre Baeza dice:
Este hombre, carne y sangre del pueblo, estalló el criminal movimiento de los generales traidores y él estuvo en su puesto, no vaciló un instante, se puso al lado del Gobierno legítimo de la nación...
Este hombre, formidable luchador antifascista, está ofrendando cada día, cada minuto un nuevo sacrifico a la República, de la que es un devoto fervoroso...
El popular D. Diego Baeza. prestigioso soldado de la República, fue siempre y estuvo junto al pueblo y creó de su alma, preñada de lealtad y valor, el alma de este Regimiento Naval...
En respuesta a una de las preguntas del autor del artículo: ¿Que piensa de esta guerra mi coronel? Baeza responde:
Esta guerra fomentada por una cuadrilla de españoles traidores, hombre sin honor y sin vergüenza...El juez militar franquista que llevaba la Causa le acusó de un delito de rebelión militar y se le aplicó el artículo 128 del Código Penal de la Marina de Guerra.
El Sumario comenzó el 17 de abril de 1939, la sentencia se dictó el 14 de junio del mismo año. Diego Baeza Soto fue condenado a la pena de muerte.
La sentencia se cumplió, Baeza se situó delante del pelotón de fusilamiento, vestido de civil, el 31 de julio a las seis de la mañana, en el Arsenal de Cartagena. Un piquete de Infantería de Marina fue el encargado de acabar con la vida del que fue uno de sus máximos jefes.
Certificada su muerte, sus restos fueron trasladados al cementerio municipal y enterrados, sobre las siete de la mañana, en la parcela San Teodoro, fila 2ª, fosa 6, de su propiedad.
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Como en otros muchos casos que afectan a personas ya fusiladas por el franquismo, a Diego Baeza Soto se le encausó por comunista en 1940, por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo. Juzgado especial número 2 . ( Ficha: Termc. Fichero,75, 2501543)
Según la Ley de 1 de marzo de 1940, en España se consideraba delito el pertenecer a la masonería, al comunismo y a sociedades secretas (art.1), con la pena de reclusión menor o mayor según los casos (art.5). Por lo visto no se libraban ni los muertos.
Hoy y ahora, en 2020, transcurridos 57 años desde la desaparición del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, (sustituido por el Tribunal de Orden Público en 1963), la extrema derecha española está maniobrando para que el comunismo vuelva a ser un delito perseguido por la justicia. Por otro lado, esta misma extrema derecha aboga por la ilegalización de los partidos contrarios a la monarquía y/o con ideales independentistas. Luego irán a por nuestro sistema democrático y volveremos a ver la figura del dictador en las escuelas, primorosamente enmarcada junto a las pizarras.
Salud y República.
Benito Sacaluga.
Fuentes consultadas:
- Cartagena Histórica. Cuaderno Monográfico nº 36
- PARES, Portal de Archivos Españoles.