Es el nuevo nombre de Pedro Sánchez porque encarna como nadie aquello de “donde dije digo, digo Diego”, suspende la prueba de la hemeroteca.
Iba a convocar elecciones, ahora agotará la legislatura; dinamitaría la reforma laboral, pero advierte que carece de mayoría suficiente; cambiaría los criterios de financiación autonómica, pero no puede incomodar a sus socios nacionalistas; silencio absoluto sobre los nombres de quienes se acogieron a la amnistía fiscal que amenazó con desvelar; la plural e independiente RTVE que postulaba ha quedado en un vergonzante y secreto paco con Podemos, afortunadamente abortado; la selectiva subida de impuestos repercutirá en todos nosotros; las medidas para abaratar el alquiler lo encarecerán; en la denostada LOMCE apenas un par de retoques…
En un gobernante serio el pensamiento siempre debe preceder a la palabra.