Revista Cultura y Ocio
"...y el mariscal Hugo nos abrasó, buscando al Empecinado, ni murallas quedaron"
"...el pueblo entero de Madrid se había arrojado a las calles en un levantamiento repentino, inesperado y devastador. Luego fue el furor y el estruendo, la turvamulta y el caos de las convulsiones colectivas. Cargaban los mamelucos, cargaban los coraceros, cargaban los guardias polacos sobre una multitud que respondía al arma blanca, con aquellas mujeres, aquellos hombres que se arimaban a los caballos para cortarles los ijares a navajazos. Reinaba, en todo Madrid, la atmósfera de los grandes cataclismos, de las revoluciones telúricas en un inmenso clamor de "Dies Irae"..., luego vino la noche."
(Alejo Carpentier, "El siglo de las luces")