Mucha gente en sus propósitos de año nuevo incluye mejorar su alimentación, ya no por adelgazar, si no por mejorar su estado físico o salud.
Para ayudaros hemos pensado en hablaros de la dieta alcalina o alimentación alcalina.
Para que sepáis de qué se trata, esta dieta se basa en la idea de que un cuerpo alcalino es sinónimo de cuerpo sano, reduciendo los alimentos que acidifican el organismo.
¿pero cómo se consigue? La clave pasa por tomar alimentos como el pepino, aguacate incluso el limón y no abusar de aquellos alimentos que acidifican el organismo, como puede ser el café, bebidas gaseosas o chocolates.
Es importante decir que no hablamos de prescindir de los que acidifican, si no de alcanzar un equilibrio.
¿Cuál sería el nivel idóneo? Estaría entorno al 7,4. Pero factores como la contaminación ambiental, los malos hábitos alimenticios o el estrés acidifican el cuerpo y alteran este ph.
Cuando pasa esto la sangre por naturaleza propia reacciona robando los nutrientes que necesita del resto de órganos vitales para compensar el desequilibro.
¿Cómo notamos que el cuerpo nos está robando esos nutrientes? Los síntomas son evidentes cansancio, dolores de cabeza, problemas digestivos, desmineralización de las uñas y el cabello, etc..
Incluso hay expertos que aseguran que si pasa el tiempo y no se pone remedio, estos síntomas derivan en enfermedades más graves como el cáncer.
¿Qué diferencia a un cuerpo enfermo de uno sano?
Pensemos en el motor de un coche. Si está ácido y oxidado, a veces cuesta ponerlo en marcha y se puede parar en cualquier momento. Si por el contrario está alcalino y bien lubricado, tenemos la garantía de que funcionará bien por mucho tiempo.
Lo mismo ocurre con nuestro cuerpo. Si se mantiene en su estado natural, es decir, ligeramente alcalino (con el pH de la sangre por encima de 7), estará protegido frente a enfermedades.
En cambio, un cuerpo ácido es un cuerpo enfermo o propenso a la enfermedad porque la sangre, las células y los órganos vitales viven en un entorno hostil y están en peligro.
¿Cómo podemos trabajar para que nuestro cuerpo esté alcalino y no ácido?
La clave pasa por combatir la acidez, aquí os dejo 4 recomendaciones:
1. Nutrición. Somos lo que comemos, así que si quiere ser alcalino, coma alcalino. lo ideal es compensar con más alimentos alcalinizantes ricos en potasio, magnesio y/o calcio. De este modo lograremos equilibrar la cifra del ph.
Alimentos ácidos
Alimentos alcalinos
Café
Patata
Alcohol
Lechuga
Bebidas gaseosas
Pepino
Frituras
Coles de Bruselas
Azúcar refinado
Espinacas
Harina blanca
Algas
Zumo de frutas envasado
Limón**
Chocolate
Bayas de Goji
Mermelada
Aguacate
Leche
Ajo
Arroz
Té verde
Carne roja
Jengibre
Frutas en general
Almendras crudas
**Como apreciamos en la tabla, el limón es un alimento acido con un comportamiento alcalinizante una vez digerido, por su aporte mineral y la ausencia de azúcares.
2. Ejercicio físico. Un cuerpo sedentario realiza sus funciones con mucha más lentitud. Hacer deporte adaptado a la edad y el nivel de preparación de cada uno, mantiene el cuerpo vivo. Con ello se activa el metabolismo, se eliminan toxinas y el organismo funciona bien.
3. Ducha interior. Depurar los residuos de nuestro cuerpo es imprescindible. Por ello proponemos recurrir a alguna planta en forma de infusión que ayuden en la labor de limpieza de nuestro cuerpo. Hidratarse también es muy importante.
4. Equilibrio emocional. Mens sana in corpore sano. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud implica bienestar físico y psíquico, así como bienestar ambiental y social. El estrés emocional provoca que ciertas hormonas nos tensionen y dejen residuos en el organismo.
Por último, si necesitas alguna información adicional o quieres que te ayudemos en el proceso de equilibro alcalino de tu cuerpo no dudes en ponerte en contacto con nosotros.