La HCG es la gonadotropina coriónica humana, una hormona producida durante el embarazo, los médicos suelen prescribirla para el tratamiento de problemas de fertilidad. Por lo tanto, no debería ser comprada ni desde luego consumida sin dicha prescripción. Además, no se ha demostrado que funcione para perder peso. De hecho, las empresas que se dedican a venderla sin receta están cometiendo una ilegalidad.
Aun así, esta dieta ha dado tanto que hablar porque promete una rápida pérdida de peso en poco tiempo, hasta 3 kilos en una semana.
En teoría, las inyecciones de esta hormona, aplicadas en las zonas de grasa localizada: abdomen, caderas, muslos… liberan dicha grasa. De ahí se supone que obtenemos las calorías necesarias para completar la segunda parte de la dieta ya que, aparte de las inyecciones de la hormona HCG, la dieta recomienda una restricción calórica severa, unas 500 a 800 calorías al día.
Teniendo en cuenta que, para mantener un estado nutricional óptimo, la Organización Mundial de la Salud recomienda un aporte calórico de 2000 a 2500 Kcal/día para un varón adulto y de 1500 a 2000 kcal/día para las mujeres, sólo hay que usar un poco el sentido común para saber por qué “funciona” dicha dieta.
Sin embargo, este nivel de restricción calórica obviamente conlleva ciertos riesgos para nuestra salud: deficiencias nutricionales, formación de cálculos biliares, pulso irregular, desequilibrio de los electrolitos que afecta al sistema muscular y nervioso, alteraciones de tiroides, formación de coágulos de sangre, y los típicos de cualquier restricción alimentaria: depresión, dolor de cabeza, fatiga, irritabilidad…
Desde aquí no nos cansaremos de repetir que si la pérdida de peso es tu objetivo, hay maneras más seguras y baratas de hacerlo. Habla con tu médico sobre cómo hacer cambios saludables en tu estilo de vida y en tu dieta, como alimentarte de manera sana y equilibrada y hacer ejercicio regularmente.
Relacionado con: Adelgazar, Efecto rebote, Ejercicio físico, Embarazo, Perder peso