Y hasta aquí acabamos con la educación nutricional, ahora pasemos a analizar una nueva dieta milagro. Para que veáis que un alimento no es bueno ni malo siempre que se tome en su justa medida, y que los pobres hidratos de carbono no son unos demonios que se acumulan en nuestro cuerpo haciendo que nos salgan michelines de la nada, hoy analizamos una dieta que, en lugar de suprimirlos como hacen la mayoría, potencia su consumo. Hablamos de la dieta Duke (¿alguno más ve la similitud con el nombre de Dukan?).
Esta dieta, conocida también como la dieta del arroz, propone una dieta en dos fases (primera pista que debería hacer que saltase la alarma y dudar de ella) basadas principalmente en los hidratos de carbono y la ingesta de proteínas sólo vegetales (ya en la segunda fase), lo que también nos aportará grandes cantidades de fibra, vitaminas y minerales.
Es una dieta baja en grasas y muy baja en sodio, ya que considera que el sodio es un mineral que estimula el apetito y hace que tengamos más ganas de comer.
Como todas las dietas que se basan en fases, la primera es una fase muy restrictiva en la que sólo se puede comer arroz integral y frutas, de dónde obtenemos las proteínas (con alto valor biológico) en esta fase yo personalmente no lo sé, eso junto con que no hay un aporte de grasas hace que el autor aconseje o sugiera tener un supervisión médica constante (segunda pista que debe hacer que salten las alarmas tilín tilín tilín).
Por si aún no nos ha quedado claro que debemos sospechar que es una dieta milagro, rematamos la faena diciendo que no es una dieta que se pueda mantener en el tiempo y sólo se debería realizar por un período no mayor de 12 semanas, que son suficientes para perder de 10 a 16 kilos, (aquí ya tendríamos que oír una alarma de bomba nuclear sonando en nuestras cabezas).
Dándole un punto a favor a esta dieta, es una dieta que favorece la ingesta de fibra por lo que el estreñimiento que suele seguir a este tipo de dietas no se sufriría, disminuye la cantidad de grasa (aunque en mi opinión hay que controlar la calidad de la grasa más que la cantidad) y evita el consumo de sodio, también recomienda la realización de ejercicio físico, pero ahí terminan las concesiones... Según dice el autor, es una dieta que promueve unos buenos hábitos alimentarios, pero sinceramente yo no sé dónde los encuentra.
El primer punto por el que esta dieta está destinada al fracaso es porque no enseña a comer, no indica qué se consideran raciones normales de consumo, no enseña a cómo plantear una dieta equilibrada puesto que sólo se puede comer arroz integral y fruta. Aquí podéis ver que es una tontería que otras dietas intenten suprimir todos los hidratos de carbono para conseguir el descenso de peso.
Que no pueda mantenerse en el tiempo nos indica también los peligros a los que nos exponemos. Un buen plan te alimentación nos debe permitir mantenerlo durante toda la vida adecuándolo a cada situación específica que nos pueda surgir a lo largo de la misma.
Con esto termino el artículo de hoy no sin antes promocionar la figura del nutricionista; ¡poneros en manos de profesionales! Somos los únicos que podemos ayudaros realmente a conseguir vuestros objetivos de una manera saludable y con hábitos que mantendréis durante toda la vida, aprenderéis a saber escoger las cosas que necesita vuestro cuerpo y a cómo compensar esos días que nos pasamos un poco de la raya.
Un saludo, hasta el próximo día.
Realizado por Cristina Vallespín Escalada