Suena el Loco al fondo.
Diez años atrás: vino el mi Lauru con la guitarra, estábamos en el Mesón, a la vuelta estaban papá en casa, quizá JB por ahí también, la Rapaza en la suya. Hoy no están, pero hay más, no llenan huecos, pero abren otros diferentes: la mi rapaza, el andurlino, la andurlina, amigos nuevos, amigos que no se van. Todo ha ido a mejor en realidad. Salvo las ausencias, claro, pero son ley de la vida. A ciegas hubiera firmado este mundo aquel día en el mesón.
La vida, tal como viene se va. Esta vida, a los cincuenta.