Diez consejos para andar en bici en verano

A estas alturas seguro que sabes que eso de que las bicicletas son para el verano es solamente el título de una película y una obra de teatro del gran Fernando Fernán Gómez. En otras palabras, has experimentado que el gusanillo de la bicicleta no es estacional, y que tienes tantas ganas de salir en verano como en invierno o en otoño.

Pero, aun reconociendo eso, no podemos negar que cuando más salimos a pedalear es en la estación estival. Por muchas razones: hace mejor tiempo, llueve mucho menos, los grandes puertos de montaña se mantienen sin nieve y la propia presencia del tour de Francia cada tarde en nuestras televisiones parece que nos empuja a lanzarnos nosotros mismos a las carreteras.

Pero pedalear bajo el sol con calor tiene también sus reglas propias. Y, al igual que a nadie se le ocurriría salir con coulotte corto a entrenar en pleno enero también hay cosas que vemos en ocasiones por las carreteras en verano y que nos parecen auténticas locuras. Por eso desde Merkabici vamos a lanzarnos a darte un decálogo de consejos para conseguir que tus salidas ciclistas sean lo más satisfactorias posibles también en verano, y que todo el sufrimiento sea por no haber entrenado más y estar echando las tripas en ese repecho tan duro que tienes cerquita de casa….

Así que…empezamos

1. Hidratación e hidratación.

Esto es tan evidente que tal ni siquiera deberíamos decirlo…pero te asustaría ver la cantidad de cicloturistas que cada año se deshidratan por las carreteras debido a una falta de previsión incomprensible. Por eso hay que incidir tanto en la hidratación. Tienes que beber a intervalos cortos, más o menos desde los quince minutos desde la salida, y siempre con pequeños sorbos. Nunca te llenes la boca de agua y la tragues de golpe, porque combinado con el esfuerzo podría provocar que te hicieras daño. Lo ideal sería meter un pequeño sorbo en la boca y tragarlo despacio, para hacer la misma acción cada pocos minutos. Evidentemente si estás en momentos de máximo esfuerzo, como subiendo un puerto, o en días de mucho calor, la frecuencia puede ser mayor. Pero la idea es, más o menos esa. Ah, y sobre todo, nunca pases más de una hora sin beber ningún líquido, porque la enorme pérdida de agua de nuestro organismo provocada por el ejercicio y el sudor puede hacer que tengas una grave deficiencia energética…en otras palabras, que te vas a deshidratar, y eso, te lo aseguramos, no es nada agradable.

1. Qué beber y cómo.

Bien, otros elementos tan evidentes que hasta da vergüenza ponerlos por escrito…pero que debemos de recordar para que a nadie se le escapen. En primer lugar, ¿qué beber? O, en otras palabras, ¿tengo que salir siempre llevando en el bidón mi bebida isotónica? Nosotros pensamos que no. Dentro de un concepto de entrenamiento sostenido en el que no llegues al límite de tus fuerzas el agua es un líquido que suplirá perfectamente tus necesidades. Otra cosa es si vas a enfrentarte a una marcha como Los 10000 del Soplao, donde necesitarn de beber el agua helada es muo a la temperatura. Y es que, especialmente en dsitares al l

gas una grave deficiencia energgues ás un aporte suplementario de sales minerales que puede provenir de algún suplemento isotónico. Pero para el día a día el agua es más que suficiente. Y, ¿cómo tomarla? Básicamente nos estamos refiriendo a la temperatura. Y es que, especialmente en días de mucho calor, la tentación de beber el agua helada es muy grande, pero no es, en modo alguno, lo más recomendable. El agua fría, combinada con el calor ambiental y tu propia temperatura corporal, puede crearte problemas estomacales, provocando en último término un corte de digestión. Así que, por mucho que nos duela, quizás beber directamente de esa fuente tan fresca que hay antes de la cima del puerto no sea la mejor de las ideas. Si te sirve de algo el gran Miguel Indurain jamás bebía agua fría en el tour de Francia. Siempre del tiempo…

El próximo día continuamos contándoos más consejos para hacer frente al verano…pedaleando.