En ocasiones tus piernas funcionan pero es tu cabeza la que no quiere ir más allá, la que no encuentra una motivación para salir a entrenar, para dar ese puntito más de sufrimiento que te permite ascender ese puerto al que tantas ganas le tienes, llegar al final de la marcha cicloturista con la que llevas tiempo soñando. La motivación, la motivación…no siempre es fácil mantenerla. Por eso desde aquí vamos a darte un decálogo de consejos que te van a permitir encontrar dentro de ti ese plus que a veces pensabas perdido y que tan útil te va a ser en tus siguientes retos,
- Define tus metas.
A la hora de plantearte que pretendes lograr sobre tu bicicleta en un espacio de tiempo determinado tienes que definir tus metas con claridad y de forma lo más concreta posible. Adelgazar, ir mejorando, subir mejor o rodar cada vez más rápido son formas de cortesía que en realidad te alejan de las mejoras concretas en tu afición, dado que son tan generales que no picarán el interés de tu motivación. Acabar una determinada marcha cicloturista por debajo de un tiempo concreto, subir un puerto que tienes atravesado o hacer 7000 kilómetros anuales sobre tu bicicleta sí que son metas concretas que te ayudarán a ir cada día a entrenar.
- No intentes correr antes de aprender a andar. Es decir, que si tienes objetivos a largo plazo debes de ir afrontando pequeños objetivos más reducidos, metas que tengas la posibilidad de contemplar en el horizonte y que puedas ir quemando poco a poco. Si tenemos un objetivo demasiado lejano en ocasiones nuestra motivación se disipa, por lo que lo ideal es conseguir tener otros pequeños objetivos que nos vayan avanzando hasta el definitivo.
- Recuerda en seguir una progresión en tu entrenamiento. No sirve de nada que intentes salvar esos días que nos has podido entrenar saliendo con más fuerza los siguientes, o que dejes de comer para adelgazar todos esos kilos que te sobran- No. Tienes que ir poco a poco e incrementar tus cargas de trabajo y entrenamiento de forma gradual. Si un día haces 100 kilómetros y al siguiente no puedes ni moverte en realidad no has hecho nada que pueda servirte para cumplir tus objetivos a largo plazo. De hecho lo más seguro es que estés tan fatigado que no quieras ni ver esa máquina de tortura con dos ruedas que algunos llaman bicicleta. Así que intenta concentrarte en una progresión casi natural en tu trabajo de entrenamiento, puesto que solo así conseguirás alcanzar esos objetivos que en un primer momento te parecían imposibles y que ahora sientes al alcance de tus manos…
- Combina metas cercanas y lejanas. Juega con tu psicología combinando metas a corto y a largo plazo, de tal forma que siempre tengas un objetivo a la vista y otro más lejos para ir entrenando. La obtención y superación gradual de esos objetivos más pequeños irá incrementando el valor de tu motivación, mientras que el enorme reto que suponen los objetivos a largo plazo hará que nunca te puedas dormir en los laureles al ir logrando los más cercanos. En pocas palabras, la idea es mantener tu interés siempre despierto y tu “medidor de motivación” siempre alerta para que ellos sean la mejor energía para lograr tu evolución sobre la bicicleta.
Mañana continuamos de contándote nuestros diez trucos para mantener la motivación en estos momentos duros que suponen los primeros días de entrenamiento…