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Diez elementos que jamás deberías tirar por el retrete

Publicado el 24 septiembre 2014 por Cristinacastro

 Diez elementos que jamás deberías tirar por el retrete

Aunque muchas personas los utilizan a modo de papelera, los líquidos y los pequeños sólidos que arrojamos al WC resultan muy peligrosos tanto para nuestras cañerías como para el medioambiente. Aquí tienes diez cosas que ¡bajo ningún concepto! debes tirar en el retrete de tu casa.


Quizá por comodidad o quizá por desconocimiento, muchas personas han convertido los inodoros de sus viviendas en cubos de basura en miniatura en los que se llegan a arrojar todo tipo de desperdicios. Tanto es así que desde los servicios de aguas de diversas ciudades españolas se ha alertado ya del notable incremento en nuestros desagües de sustancias tan perjudiciales como surrealistas como drogas, animales vivos o incluso aceites para el coche.
Así lo certifica el informe elaborado por el grupo de saneamiento de aguas urbanas del CONAMA (Congreso Nacional de Medioambiente) celebrado a finales de noviembre en Madrid. En él, científicos de toda España han elaborado una lista de los 10 elementos que, bajo ningún concepto, deberíamos tirar por el WC:
Toallitas, bastoncillos y prendas textiles. Atascan nuestro WC y pueden llegar a generar daños en los sistemas hidráulicos de nuestra localidad.
Lejía, amoniaco y ácido clorhídrico. Se trata de sustancias tóxicas que llegan a las depuradoras sin ningún control. En el caso del ácido clorhídrico, 40 milímetros en un litro de agua son capaces de matar a una persona.
Medicamentos. Dañan los ecosistemas acuáticos provocando en los seres vivos problemas reproductivos, taras genéticas y problemas de crecimiento.
Pinturas y disolventes. Sus componentes, formados en gran medida por productos químicos altamente tóxicos, resultan especialmente contaminantes.
Jabones y detergentes. Diversos estudios han demostrado que fomentan el crecimiento de algas que dañan al resto de las especies que las rodean.
Basura. Incluso triturada puede provocar la sobrecarga y el atasco de los sistemas de depuración de nuestra ciudad.
Aceites vegetales. Provocan bolas de grasa que no permiten la salida de gases y dan lugar a malos olores en la ciudad.
Grasas alimentarias. Se estima que un solo litro de aceite contamina un millón de litros de agua. Además, multiplican por 20 la cantidad de residuos que se generan en una depuradora.
Pesticidas e insecticidas. Sus efectos son especialmente graves sobre las estaciones de tratamiento. Además, multiplican exponencialmente las emisiones contaminantes de las depuradoras.
Tratamientos antical. Provocan una concentración de sales que resultan especialmente difíciles de depurar.
FOTO: Álvaro Campo

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