Revista Cómics

Diez grandes errores de traducción de diez grandes empresas

Por Mugen

Como ya comentamos en el post anterior, una mala traducción de un eslogan o frase publicitaria puede arruinar por completo toda una campaña de publicidad. ¿La consecuencia? La pérdida de miles de millones de dólares, euros o cualquier divisa, sumada al desprestigio que sufrirá la imagen de la empresa que pretende exportar su producto y/o servicio y establecer vínculos a escala global. Y es que de estos errores no se escapan ni las grandes marcas, esas que llenan nuestros armarios, cuartos de baño y frigoríficos. Así que, como hoy es lunes y nos apetece empezar la semana con humor, os traigo una recopilación de fallos garrafales que han hecho historia. ¡Las risas están aseguradas!

  • En el año 1977, America Airlines, la aerolínea más famosa de Norteamérica, quiso promocionar en el mercado mexicano sus nuevos asientos de cuero de primera clase. Para ello, decidió utilizar el lema publicitario que tanto éxito había tenido en Estados Unidos: «Fly in leather». Una idea genial si no se hubiera traducido literalmente como «Vuela en cuero», que en español se puede interpretar como «vuela desnudo». ¿Os imagináis?
  • Otra gran marca que metió la pata con una traducción literal fue, ni más ni menos, que Pepsi. En los 90, la empresa lanzó una campaña de marketing a nivel mundial con el eslogan «Come alive with Pepsi». Pues bien, en Taiwán el verbo «come alive», que viene a significar, en sentido figurado, «cobrar vida» o «resucitar», fue interpretado literalmente como «revivir a los antepasados». En consecuencia, la frase publicitaria se extendió por el mercado asiático como: «Pepsi traerá a tus antepasados de vuelta de entre los muertos». ¿Puede sonar peor?
  • No le fue mucho mejor al Grupo Electrolux, fabricante sueco de electrodomésticos de uso doméstico y profesional, cuando quiso abrirse paso en el mercado estadounidense. No se les ocurrió mejor manera de convencer al pueblo meta de la calidad de sus aspiradoras que con la desafortunada frase: «Nothing sucks like an Electrolux», con la que pretendían anunciar algo así como «nada aspira como una Electrolux». Lo que los escandinavos no pensaron es que, en Estados Unidos, cuando dicen «it sucks», se están refiriendo a que algo es una m*****. Así, el eslogan se entendió (finamente) como «Nada peor que una Electrolux». Una manera peculiar de publicitarse, ¿verdad?
  • Otro error, que, personalmente, nos encanta, es el que cometió la conocida cadena de comida rápida Kentucky Fried Chicken (KFC) en el año 1987, cuando decidió dar el salto a China. Todo un reto. Logotipo, nombre, productos… Contaban con todos los ingredientes necesarios para triunfar. Hasta que llegó el eslogan: «Finger lickin’ good» o, lo que en español viene ser: «para chuparse los dedos». Y vosotros pensaréis «pues suena bien». Sí, si vives en Occidente. No contaron con que esa expresión, tan común para nosotros, no era utilizada por los orientales, quienes la interpretaron como «Cómete tus dedos». ¡Claro que sí!
  • Si seguimos hablando de traducciones literales, creo que Parker, la compañía estadounidense de plumas y bolígrafos, se lleva la palma. La empresa puso a la venta una colección de plumas que contaban con un sistema anti-goteo para no manchar. En los mercados anglófonos el producto se comercializó con el eslogan «It won’t leak in your pocket and embarrass you», que en español se puede traducir como «no goteará en tu bolsillo ni te avergonzará», pero que al publicitarse en México quedó traducido como «No goteará en tu bolsillo ni te embarazará». Sin duda, quien fuera que se encargó de la traducción se dejó despistar por el false friend «embarrass» que, aunque suene similar a «embarazar», realmente significa «avergonzar» o «avergonzarse». Pensar que una pluma puede dejarte embarazada es cuanto menos inquietante…
  • Otro ejemplo de lo complicado que resulta adaptar una denominación o un lema publicitario a una cultura radicalmente diferente a la de origen nos lo muestra Coca-Cola. Cuando la marca fue presentada inicialmente en China, optaron por traducir el nombre y eligieron los fonemas «Ke-kou-ke-la» para que sonara de manera similar al oído. Pero… ¡sorpresa! Ya con los carteles impresos y todo preparado para dar el gran salto al mercado chino, descubrieron que el significado de esa frase era «muerde el renacuajo de cera» o «yegua rellena de cera», dependiendo del dialecto. Al final, no les quedó más remedio que cambiarlo por «Ko-kou-ko-le», que se puede traducir como «felicidad en la boca». Ya veis… ¡ni Coca-Cola se salva!
  • Pero la compañía estadounidense no ha sido la única en cometer errores por desconocimiento de la lengua y la cultura meta, Kinki, la segunda agencia turística más importante de Japón, no se quedó atrás. Al poco tiempo de adentrarse en el mercado de habla inglesa, la empresa se vio obligada a cambiar su nombre inmediatamente puesto que, en inglés, «kinky» significa «pervertido» o «fetichista». Imaginaos las caras de los empleados cuando empezaron a recibir cientos de peticiones de viajes sexuales…
  • Sin alejarnos del terreno sexual, la marca Colgate introdujo en Francia un nuevo dentífrico con el nombre «Cue». El problema fue que en el país galo ya existía una conocida revista erótica con el mismo nombre.
  • Algo parecido le ocurrió a Puffs, una marca de pañuelos muy popular en Estados Unidos. Sin embargo, cuando se intentó introducir en el mercado alemán, nadie cayó en la cuenta de que, en alemán, «puff» significa «prostíbulo». No sé yo si la adaptación del producto tuvo mucho éxito…
  • También en Alemania, la marca de cosméticos estadounidense Clairol presentó en el mercado el rizador «Mist Stick» («palo de niebla») sin saber que, en Baviera, la palabra «mist» significa «estiércol» o «excrementos». Obviamente, el «palo de estiércol» no triunfó.

Esta es solo una pequeña selección de los muchos errores de traducción que han dado al traste con populares campañas publicitarias. Si no se gestiona correctamente, la publicidad puede ser negativa. Por ello, es necesario resaltar, una vez más, la importancia para las empresas de estar rodeados de profesionales expertos en la materia, que conozcan a fondo la filosofía de la compañía, entiendan qué se va a vender y se involucren de lleno en el proyecto. Es primordial enfocar las estrategias de manera completamente personalizada, aunque estemos hablando de un mismo producto.

Habrá más entradas como esta porque, desde luego, ¡aquí hay mucha tela que cortar! Y, ¿a quién no le sientan bien unas risas?

¡Hasta el próximo post! ¡Feliz semana!


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