Hay imágenes –sean dibujos, sean fotografías– que, con su mensaje oculto o a la vista de todos, se comprenden por sí mismas. Y son tan elocuentes que sobras las palabras.
Hay imágenes –sean dibujos, sean fotografías– que, con su mensaje oculto o a la vista de todos, se comprenden por sí mismas. Y son tan elocuentes que sobras las palabras.