Diez Memorias Que No Caben en el Libro de Recuerdos

¿Te acuerdas de ese libro de recuerdos que te regalaron en tu lluvia de regalos? Aquel donde apuntaste hitos importantes en la vida de tus hijos como la primera comida, palabras, pasos y cuando le salió el primer diente. Si es muy tierno, te llena de amor y recuerdos bonitos pero tiene una falla: no tiene espacio para otros eventos igualmente importantes, puede que no tan tiernos pero que créeme recordarás por siempre…

Me encontré con esta lista de cosas que no caben en ese libro de recuerdos en alphamom. La lista me hizo reír pero me pareció muy cierta así que quise compartirla con ustedes….

• La primera vez que te despiertas cubierta en vomito.  Te sientes mojada, pegajosa, te huele a leche podrida y no sabes porque. Finalmente entiendes lo que pasó y luchando con tus propias ganas de vomitar, limpias el desastre. Natalia tenía intolerancia a la lactosa así que esto era cosa de todos los días para mí. Pasaron meses antes de poder quitarme ese olor de la nariz.
• La primera vez que tu hijo te dice que te odia. Se para al lado tuyo desafiante, no llega ni a tu cintura y te grita “¡Te odio!” porque no lo dejas ver televisión, lo mandas a la cama o no le compras su juguete favorito. Natalia tendría 7 años la primera vez que lo dijo. Recuerdo la sensación de sorpresa, tristeza, rabia pero finalmente de calma al comprender que sólo estaba expresando su frustración.
• La primera vez que contemplas salir corriendo de casa y dejar al marido y los hijos solos. Esta me pasó hace poco, nunca me había sentido así. Creo que mis amigos y familia han escuchado esta historia un par de veces porque me llegó tan de repente y me sorprendió tanto que no pude dejar de contarla en varios días. Isabella tendría 8 meses y era un domingo cualquier después de una actividad en familia. Volví a casa, cansada, con hambre y ganas de acostarme. Contemple el desorden, el bebé con sueño, la adolescente que necesitaba ayuda con las tareas y el esposo jugando PlayStation y  me dije a mi misma no más. Anuncié que tenía que salir, cogí las llaves del carro y me fuí. Apague el teléfono, comí en Chipotle y me vi una película en el cine. Me imaginé como seria la vida sin mi familia, todos los escenarios incluyendo fiestas de cumpleaños, navidades, etc. sola, y me dolió tanto el corazón que tan pronto se acabó la película salí corriendo a casa y me sentí feliz de poder tenerlos a mi lado.
• La primera vez que te miras al espejo después de tener un par de hijos y te das cuenta que estas reviviendo la historia de tu abuela y que algún día te verás como ella. Me paso hace poco cuando discutimos empezar a tratar por otro bebé y me mire al espejo y pensé en mi cuerpo y lo que un tercer hijo le haría.
• La primera vez que otra madre critica tu estilo de crianza, se siente obligada a apuntar lo que estás haciendo mal, como lo podrías arreglar o la forma en que lo hacen ellos. Si crees que esto solo ocurre cuando son bebés estas muy equivocada. Todavía recibo sugerencias de cuanta televisión, Facebook, etc. debe ver Natalia.
• La primera vez que ofreces consejos sin que te lo pidan. Vez a una madre primeriza haciendo algo mal y aunque intentas callarte, no puedes…solo lo estás haciendo por su bien. Ya no recuerdo la última vez que lo hice pero estoy segura que he sido culpable de hacerlo y que seguramente me han odiado por ello.
• La primera vez que te das cuenta que no recuerdas la última vez que te cambiaste la ropa o te bañaste. Eso ocurre frecuentemente cuando estas cuidando a tu recién nacido y los días y noches se juntan, todo es borroso y no sabes ni que día es.
• La primera vez que tu hijo llega llorando del colegio porque alguien se burló de ellos. Vez a ese niño por el que has hecho todo, que has intentado hacer feliz a toda costa, llorando desconsoladamente y no sabes qué hacer ni que decir, como arreglarlo. Quieres ir al colegio, exigir una excusa, regañar al otro niño, lo que sea con tal de hacerles pagar.  Natalia llego llorando como una magdalena porque una amiga del quinto grado le dijo en su cara que ya no quería ser más su amiga y que la odiaba. ¡La niña vivía en la casa de enfrente! Ya se imaginaran la tragedia.
• La primera vez que haces algo que sabes que va en contra de todo lo que has leído, de todas las recomendaciones que has escuchado pero igual lo haces porque es lo único que calma a tu niño. Eso lo hice con Isabella cuando solo quería dormir en mis brazos. La sensación de culpa es grande pero también sientes cierta tranquilidad al saber que estás haciendo lo que tu bebé necesita en ese momento.

¡Que recuerdos tan bonitos me trae esta lista! Y es que no hay nada que pueda explicar la experiencia de ser madre. Y punto…

Cuéntenme de sus primeros recuerdos positivos y negativos que no caben en ese libro de recuerdos.