- Nuestra descendencia será poliglota, dominando dos de las lenguas de más difusión del planeta.
- La educación pública escocesa es de las mejores de Europa.
- Los castillos de cuento, el tren de Harry Potter y animales como las ardillas, zorros, ciervos, delfines, frailecillos o el monstruo del lago Ness serán vecinos que formaran parte de la infancia de nuestros hijos.
- Navidades blancas (a veces).
- Crecer en Glasgow no sólo implica conocer la cultura británica, también acercarse a la pakistaní, la india y las múltiples latinas del Club Soletes, entre otras.
- Es fácil practicar deportes como esquí, rugby, hockey, golf o equitación.
- Vuelos de bajo costo a casi toda Europa y buena parte del resto del mundo.
- Tronas y cambiadores en todos los espacios públicos.
- Costo de la vida y de la vivienda asequible.
- La mezcla de costumbres y vivencias permite que nuestros hijos crezcan sabiéndose diferentes y especiales.
Kelburn Castle, atracción infantil en Ayrshire