Revista Coaching

Diez tips para el buen gobierno de las empresas familiares

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

pablo alamopor Pablo Álamo

Para el buen gobierno de la empresa familiar, tenga en cuenta los siguientes principios y comportamientos

Cuando un gobierno dura mucho tiempo se descompone poco a poco y sin notarlo”. Esta sentencia de Montesquieu, que bien puede aplicarse a la realidad y a la historia de muchas empresas familiares, nos hace ver la importancia de la buena gobernanza en las empresas familiares.

No es fácil hablar de cómo debe ser la dirección y el gobierno de las empresas familiares. Mucho se ha escrito al respecto y es fácil caer en tópicos y repeticiones, muchas veces sin una visión holística e integradora. Pruebo a hacerlo, sin embargo, con el objetivo de compartir algunos tips que considero útiles y a la vez necesarios recordar.

Para el buen gobierno de la empresa familiar, considero importante el respeto de algunos principios y comportamientos:

1. Huir del perfeccionismo. Como decía Aristóteles: “No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico”. Una manera de “huir” del perfeccionismo es tener sentido del humor y trabajar la humildad, que nos lleva a darnos cuenta que la perfección humana no es otra cosa que una selecta colección de errores. A veces, buscando lo mejor, estropeamos lo que ya está bien. Además, el afán de perfección presenta otro problema: dificulta e incluso hace imposible el entendimiento entre algunos familiares.
2. La gerencia debe basarse en la autoridad, competencia y buen ejemplo. Estos tres pilares son innegociables.

3. Evitar a toda costa, en la dirección de la empresa, de familiares que no pueden hacer nada sin dinero o que quieren hacerlo todo sólo con dinero. El gobierno debe regirse por la austeridad y el esfuerzo, no exento, si fuera necesario, de sacrificios.

4. Gobernar es el arte de descubrir problemas y encontrar soluciones. No tienen cabida ni los que sólo ven problemas ni los que presentan ideas y propuestas desconectadas de los problemas reales y más acuciantes.

5. Gobernar implica dejar a gente descontenta. Hay que huir, como en la antigüedad se huía de la peste, de querer satisfacer completamente a todo el mundo. Gobernar una empresa familiar implica consensos, y éstos cesiones y sacrificios en pro de la unidad familiar, de la sostenibilidad del negocio y la preservación del capital.

6. La virtud y los buenos hábitos deben estar en el corazón de las políticas y estrategias de la empresa. Se puede aplicar a la empresa familiar lo que Aristóteles decía de los estados: “Se gobierna mejor con un hombre bueno que con buenas leyes”.

7. Queda prohibido enamorarse de la misión. Lo que es verdaderamente irrenunciable es la visión. La misión, en cambio, puede cambiar. Si la familia se enamora de la misión, será incapaz de ver la necesidad de introducir cambios estratégicos, precisamente porque el amor ciega.

8. Gobernar exige favorecer la participación, en la medida de lo posible, del mayor número de miembros de la familia, de la manera que mejor convenga, porque es importante que todos sientan que la empresa es también de ellos. Vale la pena recordar las palabras de Abraham Lincoln: “Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otro sin su consentimiento”.

9. Gobernar incluye preparar la sucesión. Es recomendable hacer este trabajo con tiempo y la mejor dedicación. Uno de los mayores peligros de la gobernanza de las empresas familiares es querer gobernar demasiado.

10. Gobernar es rectificar. Es cierto que gobernar es pactar y que pactar no implica necesariamente ceder siempre, pero es importante saber rectificar a tiempo. La gobernanza requiere de fortaleza pero a la vez de flexibilidad y paciencia, porque el camino más rápido no es siempre la línea recta.

Sabemos el papel protagonista que desempaña la empresa familiar en las economías actuales (Sraer y Thesmar, 2007). Y a la vez somos conscientes que uno de los principales desafíos que ella tiene es su continuidad, puesto que tan sólo el 30% sobrevive a la segunda generación, y, aproximadamente, un 15% a la tercera. Sólo una buena gobernanza puede ser garantía de éxito. Alguien dijo con razón que un buen gobierno es como una buena digestión; si funciona bien, casi ni se nota. Y de esto pueden dar fe mejor que nadie las empresas familiares.

Pablo Álamo
PH. D. c. Economía y Empresa Universidad de Comillas
Empresa y humanismo
Universidad Sergio Arboleda
Twitter: @pabloalamo


Volver a la Portada de Logo Paperblog