Cada vez se escucha con más frecuencia eso de 'mi hijo es hiperactivo'. A pesar de ello, la verdad es que rara vez es cierto. La hiperactividad es un problema importante y no solo se trata de un niño inquieto o un niño nervioso. Por eso Manuel Antonio Fernández, más conocido como El neuropediatra y experto en TDAH, explica las claves para diferenciar un hijo hiperactivo de uno que simplemente es más movido de lo habitual
¿Que es la hiperactividad?
La hiperactividad es uno de los síntomas de diferentes trastornos infantiles. El más conocido es el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención y/o hiperactividad) pero también puede aparecer en otras situaciones como el Autismo, el Retraso Madurativo por ejemplo
Lo que se ha decidido llamar en la comunidad científica hiperactividad infantil no es más que un elevado nivel de actividad de una persona respecto a lo que es normal para su edad. Evidentemente, no hay un punto límite en el que se pueda definir esto, sino que se trata de un continuo. Es una cuestión que requiere varios puntos de vista.
- La intensidad: La hiperactividad es una variable cuantitativa. Esto quiere decir que no se puede clasificar de ninguna forma que no sea contínua. Esto es lo mismo que decir que la diferencia entre un niño hiperactivo y otro normal puede ser algo muy sutil.
- La repercusión: Lo más importante, no es el nivel de hiperactividad, sino las dificultades que esta produzca a cada chico. La hiperactividad puede provocar problemas a nivel de aprendizaje, a nivel social y a nivel conductual. Estas consecuencias son las que hay que valorar
- Si un niño es tan inquieto que esto le dificultad prestar atención en el colegio, puede sufrir problemas de aprendizaje y por lo tanto, requerir ayuda.
- Hay casos en los que esa elevada inquietud le provoca movimiento constante que molesta a los compañeros interrumpe la clase y dificulta su integración con los demás.
¿Cuál es la causa de la hiperactividad infantil?
Los mecanismo de control que el cerebro utiliza para conseguir que exista un funcionamiento ajustado a las necesidades, es muy complejo. Aunque intervienen muchas partes del sistema nervioso, la mejor manera de explicarlo es centrarse en la región frontal del mismo.
Este mecanismo va cambiando de forma progresiva durante el desarrollo. De esta forma, se va ocupando de mejorar los mecanismos de autocontrol del organismo conforme se va creciendo y madurando. Los principales factores que regula son 3:
- La atención: A los niños pequeños les cuesta mucho prestar atención a una tema concreto salvo que sea muy de su agrado. Además, no son capaces de mantener esa atención durante mucho tiempo. Cualquier cosa les distrae.
- El movimiento: Además de por el gran nivel de energía y metabolismo que tienen los niños pequeños, la falta de regulación del movimiento hace que no paren de saltar, correr o jugar. No son capaces de estarse quietos durante mucho tiempo
- Los impulsos: A menor edad, menos capacidad de control de impulsos tienen los niños. Son caprichosos, impacientes y “egoístas”. Cuando quieren algo no quieren esperar. No toleran las frustraciones y tienen rabietas cuando no consiguen sus objetivos.
Esta es la explicación de por qué, los niños pequeños, tienen problemas de autocontrol. De este modo:
- Son más movidos.
- Tienen más dificultades para prestar atención.
- Presentan rabietas con facilidad.
Conforme su mecanismo va madurando, esto va avanzando de forma positiva. Conforme crecen, aumenta su capacidad de atención, regulan mejor su movimiento y controlan mejor sus impulsos. Si hay algún problema que evita o dificulta este proceso madurativo normal, no avanza con normalidad y puede aparecer cualquiera de estos 3 problemas. También queda claro entonces, por qué un niño con hiperactividad es visto por los adultos como un niño inmaduro. Básicamente, sigue haciendo cosas que no son habituales de su edad sino de niños de menor edad.
Est hace que definir la normalidad sea muy complicado. Para hacerlo, hay que tener en cuenta los niveles habituales en los niños según su edad y otras circunstancias.
¿Que criterios hay para definir la hiperactividad y cómo se diferencia de un niño nervioso?
Decir 'mi hijo es hiperactivo' no es tan sencillo. Lo difícil es poder detectar los casos en los que el nivel de hiperactividad está por encima de lo normal.Como es una cuestión tan subjetiva y difícil de medir, ha habido mucha controversia al respecto. Todo el mundo quiere opinar sobre ello. Tanto, que hay quien dice que la hiperactividad no existe, que todos los niños son nerviosos.
Para acabar de una vez por todas con estas opiniones se han desarrollado múltiples investigaciones buscando herramientas que permitieran medir este tipo de conductas . Entre ellas, una de las más útiles y que el neuropediatra usa con sus pacientes es la prueba de Realidad Virtual AULA de Nesplora
Estas herramientas comparan los datos del chico que la realiza con un gran grupo de niños de su misma edad y sexo para ver qué nivel presenta de cada uno de los parámetros analizados. Además de realizar un análisis de la posición y de la cantidad de movimiento, analiza parámetros como la atención, el tiempo de respuesta, el cansancio y la impulsividad
¿Cómo se diagnostica un niño hiperactivo?
Para hacer un diagnóstico de hiperactividad se necesita algo más que una serie de cuestionarios realizados por los profesores o por los padres. Es muy importante contar con la información objetiva que se pueda aportar a las pruebas existentes en la actualidad. Aún así, mucho más importante que todo esto, que también es necesario, es conocer la repercusión que ese elevado nivel de actividad o inquietud le está provocando en el día a día al niño.
En resumen:
- Información de los padres
- Hay múltiples cuestionarios pero los más conocidos es el test de conners para padres
- Información de los profesores
- También hay la versión correspondiente del test de conners para profesores.
- Pruebas realizadas al niño
- Prueba de Realidad Virtual AULA de Nesplora
- Prueba BrainGaze
- Análisis del comportamiento del niño
- Valoración del comportamiento del niño en la consulta
- Valoración de la repercusión en su vida diaria
- Evolución académica: problemas de lectura, problemas de escritura, dificultades en las matemáticas…
- Social: integración y aceptación en el grupo, relación con iguales y adultos
- Emocional: inseguridad, ansiedad, baja autoestima