Revista Opinión

Difuminaciones en la Linea Política

Publicado el 22 junio 2012 por Paulmontjoy94

Pablo Ferreyros Quiñones
Columnista
Difuminaciones en la Linea Política
Desde la antigua Grecia ya existía una diferencia de opiniones políticas parecidas a lo que hoy llamamos izquierda y derecha, estas opiniones eran la visión aristotélica de una nación con un poder estatal limitado en la que prevalecía la libertad personal, contra la visión platónica de un estado paternalista donde prevalecía el principio de subsidiariedad por encima del individualismo; tal vez de este ultimo punto de vista venga la acepción de platónico para referirse a lo utópico e irrealizable.
Desgraciadamente estos dos conceptos no pudieron madurar hasta el renacimiento por que vieron obstruido su avance por el auge de las monarquías y feudalismos, quedando así congelados desde el imperio romano anterior a cristo hasta la reivindicación de la cultura grecorromana en el siglo XV.
No obstante la visión clásica, el concepto izquierda-derecha recién nace en el Absolutismo Monárquico francés y de una forma muy diferente a la que lo conocemos ahora: durante las asambleas de los estados generales franceses (en la imagen), los nobles (que buscaban mantener las cosas como estaban) se sentaban a la derecha del rey, mientras que el pueblo (revolucionarios que promovían la lucha de clases mucho antes y con mejores motivos que Marx) se sentaba a la izquierda. Ya desde este momento podemos ver lo desfasada de  la clasificación, pues los que luego (gracias al liberalismo económico de Smith) fueron a considerase  derecha y a quienes ataco el Manifiesto Comunista, eran burgueses, nuevos ricos salidos del pueblo cuyos abuelos se sentaban a la izquierda del rey y que reemplazaron a los nobles en los círculos de poder.
Así, con el nuevo mundo democrático y parlamentario, las opiniones políticas fueron evolucionando (la Guerra Civil Española marco un punto importante) hasta llegar al climax de la polarización durante la Guerra Fría. Pero el muro de Berlín ya cayo hace más de veinte años y hoy, pese a que algunos políticos aun conservan las prácticas de exaltar las diferencias para ganar adeptos fundamentalistas y justificar sus acciones, podemos darnos cuenta de que la vieja clasificación presenta muchos defectos y contradicciones.
No soy de la opinión de que esta clasificación este completamente obsoleta pero si de que presenta ciertos errores y le falta exactitud. Un claro ejemplo es el partido republicano estadounidense: por un lado se presenta como el adalid del capitalismo, cometiendo el error de mezclarlo con intolerancia y conservadurismo moral; mientras que por otro justifica subsidios a las industrias (algo eminentemente izquierdista) y politicas exteriores intervencionistas con las que, en pos de defender las las Cuatro Libertades Roosveltianas, abusan del poder estatal y se sobreponen a la libertad individual de forma bastante antiaristotélica. 
Para seguir mostrando los enredos de la vieja clasificación pregunto al lector ¿un proyecto de ley  que intenta romper un oligopolio, es de izquierda o de derecha? Bien pues, la respuesta es difícil, por un lado es de izquierda si consideramos que hay intervencionismo estatal en perjuicio de las empresas formadoras del oligopolio pero por otro, es de derecha si consideramos que busca eliminar una práctica que atenta contra el libre mercado.
Ejemplos hay muchos, podemos seguir citando casos como el de la ultra derecha ortodoxa israelita que no hace más que criticar a la ultra derecha nazista  ya casi extinta hace varios años mientras que la izquierda que defendió a los judíos europeos en el siglo XIX sea la que ahora profesan muchos enemigos de Israel  o la peculiar "coincidencia" de que en Europa tanto la ultra derecha como la ultra izquierda estén a favor de acabar con la Union Europea mientras el centro la defiende.
Ante las visibles confusiones que causa el viejo e inexacto espectro de izquierda-derecha tal vez sea hora de cambiar las ubicaciones espaciales por los nombres de las tendencias políticas y económicas; digase conservadurismo, liberalismo (moral social o económico, es necesario especificar), estatismo, fascismo, socialismo científico, entre otras; antes de teminar tan enredados como Humala con su "yo no soy de izquierda ni de derecha sino de abajo". La vieja clasificación no es del todo mala, solo hay que darle flexibilidad, exactitiud y dejar de confiar totalmente en ella.

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