Revista Opinión
Si las autoridades vaticanas pueden mentir impunemente -diciendo por ejemplo que el profiláctico no sirve para defenderse del SIDA- quién miente por una causa afín a la ICAR es entonces un digno seguidor de esta prédica.Ese es el caso de un religioso riojano que aseguró que le constaba que en la votación por el matrimonio igualitario habían habido dádivas -fuera del lenguaje judicial se las denomina coimas- para que algunos cambiaran su voto. Ahora dice que no tiene pruebas ... por suerte puede llegar a ser acusado judicialmente. Nota de INFOBAE