Revista Filosofía

Digresiones

Por Andi

 

DIGRESIONES

 

Esta semana hemos sido testigos de unas cuantas DIGRESIONES”, por las dudas, aclaremos: el diccionario dice que una digresión es un “efecto de romper el hilo del discurso y de hablar en él de cosas que no tengan conexión o íntimo enlace con aquello de lo que se está tratando”.

O sea, que si alguien estaba “tratando” de ser presidente, y luego “rompe el hilo de su discurso, y habla de ser gobernador de la ciudad, está haciendo una digresión, ¿estoy siendo claro?

O que, si alguien es precandidato de un partido, y de pronto interrumpe una elección interna y se presenta como candidato, pero por otro partido, cambia su discurso, está cometiendo una digresión.

O que si a alguien le preguntan cómo gobernaría, y a lo único que atina es a enumerar errores de otro gobernante, pero no tiene explicación alguna para que nos enteremos cómo arreglaría él estos temas, está cambiando el eje del debate, otra digresión, sí.

Porque, querido lector, el tema (y disculpe esta nueva digresión, esta vez a mi cargo), De los que a veces se olvidan los que “votan a uno para que no gane otro”, es que aquel que han votado puede llegar a ganar, y en tal caso, va a tener que dejar las críticas de lado, y empezar a hacer cosas, o las críticas se transformarán automáticamente en “autocríticas”.

Aclaro que en lo personal no tengo absolutamente nada contra las digresiones, que yo mismo las hago (como en este texto), y que no existe penalidad alguna en el Código Civil ni en el Penal, para quien las cometa, pero hay que tener en claro, que el otro, quien nos escucha, puede no seguirnos si no le mostramos nuestro nuevo rumbo con claridad, si no se lo explicamos.

Si le decimos “Síganme, que no los voy a defraudar” y ya está.

O si bailamos para mostrar que vamos a ser buenos gobernantes.

O le cambiamos en el nombre pero volvemos a estrenar la misma película.

O no nos importa el público, mientras tengamos buenas críticas nuestros amigos de siempre.

O si el presupuesto no nos da para un largometraje nacional y limitamos la peli a Capital, pero le echamos la culpa a las inclemendel público.

Fuente: del texto Sátira 12, del día 14/05/11 (por Rudy).-

 


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