Revista Insólito

Dijo la sartén a la caldera, quítate allá ojinegra

Publicado el 17 agosto 2020 por Monpalentina @FFroi
Dijo la sartén a la caldera, quítate allá ojinegra
Este refrán increpa todavía de un modo más directo a los que, teniendo ciertos vicios o defectos, los echan en cara a los demás. De él se vale Sancho, como puede verse en uno de los pasajes insertos en el prólogo, para hacer notar a don Quijote que al mismo tiempo que le reprendia por decir refranes, los ensartaba su merced de dos en dos.
Las colecciones del Marqués de Santillana y del Comendador dicen:
—Dijo la sartén á la caldera, tirte allá cuinegra.
La de Zaragoza:
—Dijo la sartén a la caldera, quítate allá cuinegra.
Los Refranes glosados:
—Dijo la sartén a la caldera, anda para cuinegra.
El Diálogo de las lenguas:
—Dijo la sartén a la caldera, tira allá cuinegra.
Y la Academia:
—Dijo la sartén a la caldera, tírate allá, culinegra.
En los MM. de Salazar se hallan estas dos variantes:
—Dijo la olla á la cobertera, tirte allá cuinegra.
—Dice la pica al cuervo, compadre, sodes negro. Responde el cuervo, comadre , modas maias ende avedes.

Es uno de los refranes más parlamentarios, y de los que más entran de lleno en el azaroso juego de las instituciones y en el inmoral y sangriento de los partidos.
Dice Topete a Contreras: «Usted es un pirata» y contesta Contreras: «Dijo la sartén al cazo, quítate allá, que me tiznas.» Dice Posada Llerrera a Sagasta: «Usted es un gran elector, » y contesta Sagasta; «Dijo el asno al mulo, arre acá, orejudo.» Dice Prim á Odonnell; « Es usted una ametralladora, » y Odonnell replica; «Dijo el asno al burro, arre allá, orejudo.» Dice Salmerón a Roque Bárcia: «Es usted un... un... ¿cómo diré?... sí señor, un bullanguero, » y Roque Bárcia responde: «Dijo la corneja al cuervo, quítate allá negro; y el cuervo a la corneja, quitaos allá negra.» Dice Olózaga a Rios Rosas : «Usted, usted, señor mió, no es más que un gran pedazo de orador, un destripacuentos» ; y contesta Rios Rosas: «Ea, sus, y traga el avestruz.» Todos los grandes capitanes generales con el mando y el palo se encaran con la sombra de Naryaez para decirle: «Fue usted un hombre de Barrabás»; y la sombra, haciendo del ojo, contesta: «Échese una piedra en la manga; no puede ser el cuervo más negro que las alas.»
Dijo la sartén a la caldera, quítate allá ojinegra
IMAGEN: EL COMERCIO
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