Dudas y más dudas es lo que me plantea el dilema de los derechos de autor en Internet. Numerosos blogs hablan muy exhaustivamente del tema, juntando firmas, con manifiestos a favor y en contra del todo gratis, nada gratis o de posturas intermedias.
Yo tengo claro que la creación artística genera unos derechos. Pero tengo mis dudas sobre quién debe pagarlos.
Si yo saco fotos y las cuelgo en la red, doy por sentado que mis fotos rodarán de web en web y de blog en blog, lo único que pediría es que se mencionara su procedencia. Posiblemente no me importe en absoluto que aparezcan por ahí, es más, es posible que me resultara halagador y hasta me generara ingresos, ya que con la mayor difusión de mi obra, alguien podría estar interesado en hacerme algún encargo o comprarme un original. ¿Perjudico a alguien con esa actitud?
Sí me importaría, sin embargo, que alguien utilizara mis fotos para lucrarse.
Como traductora, a mí me pagan el precio establecido por una traducción, independientemente del número de ejemplares del libro traducido que se vendan. Es más, generalmente, trabajo de "negra" - en el libro figura como traductora la persona que me ha sub-contratado. Si el precio que me ofrece me parece justo, no me importa. Disfruto del trabajo que hago y mi vanidad no se resiente por no aparecer mi nombre. ¿Está mal eso?
Si cuelgo la reproducción del cuadro de un pintor ya muerto en mi blog, ¿a quién perjudico? ¿a los descendientes del pintor? ¿al museo en el que cuelga el cuadro? ¿No basta con citar dónde puede verse el original y así tal vez despertar la curiosidad de algún futuro visionador de la obra? (aquí añadiría que los descendientes, sin más méritos que el hecho de serlo, me tienen sin cuidado, tengan o no derechos sobre la obra - pero ese es otro debate)
Si el pintor está vivo, ¿no bastaría con nombrarlo y así contribuir al interés por su obra?
¿Y qué hay de gran parte del arte contemporáneo en que las obras son homenajes, versiones o churreteos en Photoshop de los cuadros antiguos? ¿Tendrían que pagar copyright por la obra original de la que parten?¿No es acaso más importante el resultado final que el origen? ¿No es igual de válida una obra a partir de una fotografía, que una obra que parte de un paisaje? Independientemente del resultado final, ¿por qué habría que pagar los derechos de esa fotografía - que podría quedar irreconocible en la obra final - y no los del paisaje?
En cuanto a la música - lo siento, pero llegar a los extremos de EEUU al respecto - donde incluso el Happy Birthday tiene copyright - no me parece bien. Volvemos al tema del lucro. Si se reproduce un tema y con ello se lucra un tercero, encuentro justo que pague los derechos. Pero cuando no es así, no le encuentro lógica alguna. Mi hija, por ejemplo, grabó la música de su boda. Procedía de cientos de CDs de toda la familia, que fueron comprados y pagados en su momento. El hecho de que se reproduzcan en una boda a la que asisten sus familiares y amigos ¿le obliga a pagar derechos a la SGAE? ¿Viven tanto mejor los cantantes, grupos, etc., que se dejan esos enormes porcentajes de venta en la discográfica que los que se lo curran en conciertos?
Yo decido prestar cualquiera de mis libros a veinte amigos (que por ende, no lo comprarán, ya que lo leerían de gorra) ¿qué diferencia hay entre esto y colgarlo en mi blog? ¿El número de personas que lo leerán? A juzgar por el número de lectores que tengo, sería un total parecido. El libro electrónico es una novedad que aterra a muchos. ¿Por qué no rendirse ante lo inevitable y buscarle la vuelta? La prensa ha sido la primera en sufrir un bajón de ventas debido a la prensa en Internet. Seguramente acabará siendo un lujo comprar el periódico en papel - será más caro, pero estará a disposición de quien prefiera sentarse a leer un medio físico en una terracita con un café. Los demás, podremos seguir leyéndolos en la red. Lo mismo podría decirse de los libros.
Creo que gran parte de este debate se está basando en argumentos trasnochados- No se trata de quererlo todo gratis. Yo confieso bajarme temas del Limewire para mis vídeos y experimentos - pero también me compro los CDs (carísimos) cuando me interesa la obra completa de algún cantante. Lamento decir que también compro DVDs a los manteros senegaleses de mi barrio. Me lapidarán por esto, pero no siento ni un ápice de culpa. Sigo yendo al cine a ver las películas que me interesan. Otras muchas no duran el tiempo suficiente en las salas por el escaso público asistente. Entonces, me la veo en DVD. Y prefiero pagarle la comida diaria al senegalés que engrosar las arcas del Corte Inglés o de la distribuidora. Llámame poco solidaria, qué le vamos a hacer.
Internet ha supuesto un cambio sin precedentes en todos los terrenos (opino que no es comparable a la aparición de la TV o la radio) y su regulación o no regulación requiere nuevos argumentos y nuevos planteamientos. No es fácil. Pero no es posible ponerle puertas al campo, o intentar regir la red con leyes ambiguas y antiguas. Si acaso, habría que establecer reglas nuevas.
Existe en la red la "netiquette" que te impide piratear el contenido de otros blogs sin citar su procedencia o reproducir una imagen sin agradecer al autor. Siempre que he pedido permiso al autor (el que figura, o el que lo ha colgado de Youtube - que esa es otra) de algún vídeo para reproducirlo en mi blog, la respuesta ha sido positiva y de una enorme generosidad. También he leído muchos blogs en los que se ataca a quien actúa de mala fe al respecto. De todo hay, pero el respeto por el trabajo de los demás existe en la red y está en alza. Pero es un respeto que no se basa en el abono de derechos.
Mientras tanto, en las tertulias hablan de los suecos absurdos que le dan el premio Nobel de la Paz a Obama ( son los noruegos, no los suecos quienes deciden el premio de la paz - pero ni siquiera el hecho de que Obama aterriza en Oslo hace que ninguno de los tertulianos de la cuatro se percate del desliz) - y las 6.000 mujeres que aterrizaron en Granada el fin de semana pasado, colapsando la capacidad hotelera pasan desapercibidas para los medios. Los medios convencionales, cada vez en menor número de manos, van a lo suyo y quieren hacernos creer que es lo nuestro.
A mí me gusta saber que en Internet, entre muchísima paja, de vez en cuando asoma un diamante. Y está al alcance de cualquiera que sepa encontrarlo - y sí, sin tener que pagar por ello.
Aparecido en www.creativefreedom.org.nz
Arianna Huffington from HuffingtonPost writes , "So now sites that aggregate the news have become, in the words of Rupert Murdoch and his team, "parasites," "content kleptomaniacs," "vampires," "tech tapeworms in the intestines of the Internets," and, of course, thieves who "steal all our copyright." It's the news industry equivalent of "your mama wears army boots!" Although, not quite as persuasive. In most industries, if your customers were leaving in droves, you would try to figure out what to do to get them back. Not in the media. They'd rather accuse aggregators of stealing their content. Of course, any site can shut down the indexing of its content by Google any time it wants [...] Information is hardly the same thing as a product that can only be consumed once by a single person. So it's a false metaphor. And if you start from a false premise, you will inevitably be led to a false conclusion. Or, to put it another way, if you chug-a-lug too many of old media's metaphoric beers, you will end up staggering down the street of illogical thinking and banging into the lamp post of wrong revenue models."