La maldición no se profiere
Se lanza golpe hasta doler encima.
Un pez se suicida concediéndose un sueño de tierra:
Adentro el agua llora.
Una lanza enterrada, eso es un golpe.
El lugar de la maldición mora en la punta del desalojo.
Un caracol con el eco local de su angustia
Enconcha la tragedia.
La maldición no es un golpe
Es un abrir los ojos
Y espantarse.