Revista Opinión

Dime cuánto tienes y te diré como eres…

Publicado el 25 julio 2019 por Carlosgu82

#Aleertoca #eltranviadelamoda

Parece que en la cultura mediterránea hablar de dinero es pecado. No es así con la cultura americana. Los americanos no tienen ningún tipo de pudor a la hora de contar lo que ganan en el trabajo, si han ganado o perdido en acciones tecnológicas en bolsa o si su meta es reunir una cantidad X de dinero para crear el «sueño americano».

Max Durocher (Jamie Foxx) en la película Collateral dirigida por Michael Mann, que trata la fotografía de la noche como nadie, es un taxista que trabaja con el objetivo de ganar lo suficiente para iniciar su negocio de limusinas. Cuando se queda solo después de cada trayecto, baja el visor del conductor y aparece una foto de una playa de maravillosas aguas cristalinas. Durante unos segundos desconecta del mundo real y se permite soñar sobre cómo va a ser su vida cuando consiga ganar el dinero necesario y viva en ese paraíso. Tiene una meta y va a por ella.

Aquí no. El dinero para muchos…es un asunto del que no apetece hablar. Aunque el dinero sí habla de nosotros en la forma de usarlo, la forma de esconderlo o cómo afrontamos la vida respecto al dinero.

El extracto de la cuenta bancaria es algo tan íntimo que no dejamos a nadie conocerlo porque permite hacer una radiografía de lo que nos mueve a hacer según que cosas y de nuestros puntos débiles.

Existen perfiles psicológicos respecto a la relación de las personas con el dinero. Algunos de ellos son:

– El descerebrado o pirómano: se refiere a la persona a la que el dinero le dura poco gastándolo de forma compulsiva. Detrás de eso, no se esconde otra cosa que una insatisfacción vital de alguien que aborrece su vida y necesita premiarse continuamente. Suena a infelicidad…

–  El ostentoso o desprendido: se refiere a quien necesita entregar su dinero a cambio de compañía o complacencia. Se adelanta a pagar la cuenta de una cena o presta dinero a sabiendas de que no se lo devolverán. Solo por ser querido…

– Los avariciosos: suelen ser habitualmente personas de entre 60 y 70 años. Muy egoistas. Especialmente mujeres jubiladas con pensión de funcionarias y un marido con una jubilación de bancario, pensiones muy abultadas, que tienen tres y cuatro pisos alquilados por ahí añadiendo a su fortuna ingresos extra, si pueden sin pagar impuestos, a lo que para ellos son jubilaciones diminutas pero que para otros son casi..insultantes. De ahí lo de avariciosas. Y sí. La mayoría mujeres. Nunca es suficiente para ellas. Avariciosas insatisfechas y maleducadas.

– Neuróticos de la pobreza: se refiere a las personas de índole idealista. Algo así como que enriquecerse es malo y acaban autoboicoteándose. La idea de que para ser puro…hay que ser pobre. También encajan aquí los que nunca quieren nada de lo que se consigue con dinero criticando al que lucha por ello pero, sin embargo, mueren por tener lo que tienen los demás ocultando su riqueza para no ser criticados. Son los que más desean el dinero,

– Hormiguitas: es la más común. Ahorrar y ahorrar hasta tal punto que incluso teniendo ingresos más que suficientes viven en estado de carestía permanente. Miedo a que surjan gastos no previstos, a perder el trabajo…Viven en un mundo en el que todo es temor e inseguridad.

– Los que prefieren que otros se ocupen de su dinero. Delegan en la pareja, en la familia, en el asesor…Buenos pero tontos que descubren al final de esas relaciones, que aquellos en los que han confiado les han dejado con un agujero sin fondo.

Perfiles psicológicos donde Max no encaja con su taxi en ninguno de ellos. Porque decir que trabajas para conseguir algo te convierte en un ambicioso sin corazón, sin escrúpulos. Aquí lo que se lleva es ser un avaricioso o un neurótico de la pobreza aunque sea totalmente falso. Es resumen, mentir como un bellaco.

Cualquiera que sea nuestra relación con el dinero nos hará tomar conciencia, no solo de quienes somos, sino en descubrir hij@s de puta mentirosos para evitar vínculos tóxicos con ellos que acaben amargándonos la vida.

“Porque dime cuánto tienes, cómo lo has conseguido y te diré como eres…y como te vas a comportar conmigo”.

www.eltranviadelamoda.com


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