Revista Opinión

Dimelo al oído

Publicado el 28 junio 2019 por Carlosgu82
La noche ha transcurrido serena y tranquila, placentera y armoniosa, mi brazo recorre tu piel a la altura de tu cintura, las sabanas descansan sobre tus caderas, tus pechos se esconden entre tu cuerpo y las sabanas, la ventana esta abierta y entra un ligero aire que refresca tu cuerpo; un beso en el cuello te despierta sonriente y aun adormitada me regalas un beso del buenos días, me dices que tal dormí y te aseguro que muy bien, lo mejor de haber dormido contigo, es despertar a tu lado. <<0>> Beso ahora tu hombro desnudo y contemplamos echados el paisaje que entra por la ventana, es un lindo día me dices, quieres tomar desayuno en la terraza del bungalow que hemos reservado, envuelta en sabanas recostada sobre mi me miras tierna y dulce, te susurro que me gustan tus ojos, acaricio tu espalda y beso tu frente, me dices que me amas, que te hago sentir especial, que quieres quedarte ahí para siempre, que es lugar más especial donde ha estado y que no lo esperabas de mi, yo solo te sonrió, continuas diciéndome de nuestro futuro y te proyectas alocadamente, me dices que aprenderás a cocinar tallarines rojos y consentirme los fines de semana; quieres regresar al club y me haces prometerlo… regresaremos te lo aseguro. <<0>> De espaldas a mi contemplando tus formas, me aventuro a volver a tocarte, acaricio nuevamente tus suaves caderas y vuelvo a besar tus hombros, mis manos te recorren con paciencia y cierras tus ojos dejándome palparte; tus curvas se forman como si fueran unas dunas afinadas por el viento del desierto, suspiras levemente y me dejas recorrerte, beso tu cuello, un beso en la mejilla y te susurro al oído que me encantas, que estas linda y pienso que probablemente te amo aun resignándome a creerlo. <<0>> Te das vuelta y me miras a directamente a los ojos casi sin parpadear, me sonríes y me dices “¿que más?”, su mirada me permite abrirme por completo y decirle lo que jamás le dije a una mujer, mis palabras te sonrojan y te perturba mientras la sigo acariciando, beso tus mejillas, juego con tu nariz, beso tu frente otra vez y me regalas un beso tierno y apasionado, me dices cosas que me llenan de placer y que me yergues lo más sensible de mi ser, acaricias mis zonas erógenas y me entusiasmas a perpetrar tu cuerpo como anoche; me susurras al oído que soy lo mejor que te ha pasado en la vida; te posas sobre mi y sigues besándome con pasión “soy tuya” me dices al oído. <<0>> Tu movimiento es sublime y tierno, tu cuerpo se armoniza, tu cabello se agita con el viento, cierras tus ojos y tu gemir delicado me concentra en ella, te endioso con palabras y me sonríes, te agitas más fuertemente haciéndome perder por momentos el aire y estimula mi gemir, me siento amado, necesitado… tomas una posición física pecaminosa, pornográficamente pecaminosa y te agitas en un vaivén severo como un flagelo, gimes de placer mientras tu cuerpo transpira sobre mi, tu piel y la mía se someten en un choque de emociones tiernos, pegas tu frente con la mía mientras agitas tus caderas contra mi, tomas con tus manos mi rostro sudoroso, me das un beso afrancesado, suspiras, gimes, vas desacelerando la velocidad de tu pelvis, das un último suspiro y descansas sobre mi pecho. <<0>> Tu corazón palpita fuerte y tu cuerpo transpirado se fusiona conmigo, escucho tu respiración y concluyes diciéndome al oído “quisiera un hijo contigo” te sonrío y te beso… “creo que ya esta hecho” te digo al oído y me sonríes.

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