Si alguien de los que siguen Kabila no conocen los antecedentes de esta cuestión, pueden encontrarlos en estas dos anteriores entradas (1) y (2).
Y es que acaba de dimitir el alcalde de IU en Rivas. Su desafortunada gestión en la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV), ha acabado con su tercer mandato antes de tiempo.
Pepe Masa ha sido un buen alcalde en las dos legislaturas anteriores, pero su posición hoy era insostenible. Su gestión sobre la EMV ha sido un verdadero desastre. Y lo que es más grave, en vez de rectificar se fue empecinando para llegar a defender lo indefendible. La Comisión de Cuentas de la CAM descubrió algo que hizo sonar las alarmas. Una gestión nefasta de la empresa que la llevaba (seguramente éste es el primer error, la externalización de la gestión) con un desfase en su balance de cerca de 21 millones de euros y a la que además no se la cobraba el alquiler en los últimos años.
Vaya por delante mi convencimiento de que, según mi opinión, los concejales de IU involucrados (cinco de trece) no se han llevado nada, sino que se trata de una mala gestión, de una falta de control y de una posible connivencia del Alcalde y sus concejales afines con la dirección de la empresa que gestionaba la EMV.
Afortunadamente, aunque tarde, Masa que ha actuado ocultando datos de esta empresa y ha hecho caso omiso a las recomendaciones de su organización IU, ha decidido poner fin, dimitiendo, a esta crisis que se había abierto, por parte de una minoría de militantes –sobre el 25%— y que había tomado a IU de Rivas como rehén de un alcalde indisciplinado y enfrentado a quienes le habían dado su confianza y le habían elegido para ser candidato: su organización. Ha sido relevante en la decisión del alcalde, la postura de IU en Madrid (no sólo en Rivas) que le ha empujado a tomar esta decisión vistas las circunstancias.
Un alcalde no puede hacer lo que le venga en gana, por mucho que la ley le confiera un puesto de carácter presidencialista. Al menos en Izquierda Unida, son los militantes los que tienen la última palabra. Las decisiones de calado nunca pueden ser tomadas contra la organización. Y eso es lo que aquí ha ocurrido.
Hoy las aguas vuelven a su cauce. Hoy Izquierda Unida de Rivas es más Izquierda Unida, y una vez dimitido el alcalde, serán sus bases quienes por mayoría decidan quién debe sustituirle, puesto que cuenta con mayoría absoluta (13 de 25 concejales), hasta el final de la legislatura.
En relación a los concejales que se han mantenido unidos al alcalde y en contra de IU, tienen dos opciones, o bien rectifican y se someten a la asamblea de IU local –que es lo deseable—, o bien deberían dimitir como tales, dejando el sitio a quienes representen de verdad los valores de Izquierda Unida.
Una vez dimitido el alcalde y una concejala que le era afín, quedan tres concejales que deben demostrar su acatamiento a Izquierda Unida. Así espero que ocurra y que definitivamente esta organización entre en una nueva etapa donde pueda seguir demostrando que Rivas es un ejemplo de gestión progresista en el que el equipo de concejales, presididos por el que será el nuevo alcalde, contará con el apoyo, la ayuda, pero también el control de una organización seria donde por encima de las personas, sean quienes sean, están los valores que la identifican. Por el bien, primero de Rivas y también de Izquierda Unida.
Salud y República