El 24 de Mayo de 2008 la tranquilidad de los poco más de 800 habitantes de Møgeltønder, se vió alterada con la celebración de una boda real. La Familia Real de Dinamarca llegaba a la pequeña localidad para presenciar la segunda boda del Príncipe Joaquín, segundo hijo de la Reina Margarita II.
Vista de la Iglesia de la localidad de Møgeltønder
A la iglesia tardo románica, que en otra época perteneció al Palacio de Schackenborg, fuerón llegando los invitados, entre los que se encontraban la familia del novio:La Reina Margarita II y el Príncipe Henri de Dinamarca
Los Príncipes Federico y Mary de Dinamarca
La Princesa Benedicta de Dinamarca y sus hijos
La Reina Ana María de Grecia
Los Príncipes Pablo y Marie Chantal de Grecia
El Príncipe Nicolás de Grecia y su prometida
Las Príncesas Alexia y Thedora y el Príncipe Philipos de Grecia
Tambien estaban presentes:
La Princesa Victoria de Suecia
Los Príncipes Haakon y Mette Marit de Noruega
La Princesa Marta Luisa de Noruega y su esposo
Príncipe Pablo de Grecia y su prometida, Tatiana Blatnik
Príncipes Philipos y Theodora de Grecia
Princesa Marta Luisa de Noruega y su esposo, Ari Behn
Príncipes Haakon Magnus y Mette Marit de Noruega
Princesa Victoria de Suecia
Príncipes Federico y Mary de Dinamarca
La Princesa Benedicta de Dinamarca y la Reina Ana María de Grecia
Los 280 invitados esperaban en el interior de la Iglesia, decorada en tonos blanco y crema, y una original girnalda en forma de corazón rodeando los asientos de los novios.Vista interior de la Iglesia
Detalle de los asientos de los novios
El Príncipe Joaquín llegaría acompañado de sus dos hijos, los Príncipes Nicolás y Félix, de 8 y 5 años, fruto de su anterior matrimonio con Alejandra Manley, Condesa de Frederiksborg.El Príncipe Joaquín con sus dos hijos
La Reina Margarita II de Dinamarca y el Príncipe Henri, padres del novio, como manda el protocolo, serían los últimos en llegar al templo, solo quedaba esperar la llegada de la novia.La Reina Margarita II y el Príncipe Henri
Eran las cinco en punto de la tarde cuando la novia llegaba a la pequeña iglesia, y quedaba desvelado el mayor secreto de toda boda, el vestido nupcial, diseñado por Arasa Morelli, una firma suiza-española, con sede en Ginebra y Barcelona.Marie Cavallier a su llegada
El vestido de alta costura, con encajes franceses inspirados en los tipo Calais del siglo XIX y motivos florales, estaba revestido con tafetán de seda.Sobre la cola, de 3 metros, descansaba un largo velo de tul ribeteado de blondas de encajes, y sujeto por una tiara que, originalmente, fue un regalo de los Reyes Federico IX e Ingrid de Dinamarca a su hija, la Reina Margarita.
Marie con su padre, Alain Cavallier
El ramo de novia, siguiendo la tradición danesa, estaba elaborado con cebada de invierno de dos campos del Palacio del Schackenborg y mirtos del Palacio de Fredensborg (de 200 años de antigüedad), elementos que todos los ramos de novia de la Casa Real han incluido en los últimos dos siglos.El ramo contenía además lilas blancas francesas y pequeñas rosas coloreadas en crema y pistacho, el borde inferior estaba cubierto con hojas de camelias.El Príncipe con sus hijos, recibió emocionado a su futura esposa
La boda fue oficiada por el obispo de Copenhague y confesor real, Erik Norman Svendsen.
El Príncipe Joaquín, que esperaba a la novia a pie del altar, no pudo reprimir las lágrimas al ver entrar en el templo a Marie que daba el brazo a su padre, Alain Cavallier.
Durante la ceremonia, los novios no pudieron reprimir la emoción, especialmente cuando se besaron tras dar el 'sí'. En su sermón, el obispo de Copenhague recordó a la pareja la importancia de tener en cuenta a los jóvenes príncipes y animó a la novia, que ahora pasará a ser princesa Marie de Dinamarca, a darles "una sonrisa y una mano extra".
Pese a las palabras del obispo, el príncipe Félix, hijo menor de Joaquín, no pudo evitar dar alguna cabezada durante la boda.
Momento de la ceremonia
Entre los gritos de "hurra" de los cientos de curiosos que se concentraron en el exterior de la iglesia, Joaquín y Marie salieron andando del templo y se besaron en dos ocasiones.
Los Príncipes Joaquin y Marie a la salida de la Iglesia
Las calles del pueblo de Møgeltønder, especialmente los aledaños al castillo de Schackeborg, amanecieron repletas de cientos de locales y turistas, que se acercaron al lugar para festejar el enlace nupcial, y decoradas con flores y banderas danesas y francesas.La Reina y su esposo, salen de la Iglesia llevando de la mano a sus nietos, los Príncipes Nicolás y Félix
En el exterior esperaba una sorpresa para la novia: un elegante Bugatti de estilo clásico en el que la pareja recorrió el camino hacia el cercano palacio de Schackenborg -su futura residencia-, donde descansarán con sus más íntimos hasta la celebración del banquete de gala, que será de carácter privado.
El banquete nupcial empezaba a las ocho de la tarde, casi dos horas después de que se finalizara la ceremonia del enlace.
Los invitados, mientras tanto, fueron agasajados en el centro de Congresos Ecco con un menú elaborado por la hostería del palacio de Schackenborg hasta que se hizo la hora de su llegada a Palacio.
Reja del Palacio, en el anagrama de los Príncipes Joaquín y Marie
La Orquesta Sinfónica del sur de Jutlandia amenizó este cóctel.Durante el cóctel se sirvieron canapés de cordero ahumado, huevas de trucha con frangula, peines con mousse de apio, hígados de ternera escalfados con romero, Munkebøg (queso) ahumado con gelatina de licor de querco de Schackenborg, filete de atún con wasabi, rollo de filete de salmón ahumado y requesón, sun eggs y bresaola con rábanos picantes.
Foto Oficial de los novios con los Príncipes Nicolás y Félix
Los novios, sus padres y el marido de la madre de la novia
Los Príncipes Joaquin y Marie y sus respectivas familias
El menú de la cena del banquete fue elaborada por el Equipo Nacional Culinario, asociación de la que el príncipe Joaquín es protector.
A los asistentes se les sirvió un entrante de Gambas y ostras del mar Frisio con espárragos blancos, hierbas y queso ahumado. Después siguió Rodaballo con vieiras en salsa de caviar y estragón y a continuación Filé mignon de Schackenborg con trufas de verano. De postre, y antes de la tarta nupcial, Crema de chocolate negro y blanco con fresas rojas y verdes.
Como no podia ser de otra manera, se sirvió vino de los viñedos del príncipe Henri, padre del príncipe Joaquín, La Cigaralle du Prince de 2005, Château de Cayx (Cahors, 1999) y también Domaine Cauhape 2004 , Jurancon.
La tarta elegida por los Príncipes fue toda una sorpresa para los invitados y se desveló como una dulce obra de arte. Se trataba de una tarta de forma octogonal y de ocho pisos. En la base, aparecía el monograma de los novios rodeado de lazos de caramelo con los colores de Dinamarca y Francia.