Revista Viajes
Dinan, la ciudad bretona fortificada con una impresionante muralla y un pintoresco puerto deportivo en el río Rance, destaca también por su gran castillo del siglo XIV. Situada en una encrucijada de carreteras y a medio camino entre la capital de la Bretaña, Rennes, y la hermosa costa bretona fue también nuestra primera toma de contacto con esta maravillosa zona de Francia. Tras aparcar el coche iniciamos la exploración de Dinan, comenzando por la ciudad edificada en la colina que domina el valle del río Rance. La ciudad aún conserva cuatro monumentales puertas y más de tres kilómetros de las antiguas murallas medievales. Un buen punto de inicio en nuestra visita a Dinan.
Resulta increíble la gran animación que poseen las calles de Dinan en la temporada veraniega. Y es que su posición en el corazón de la Bretaña y su belleza la hace estar en el punto de mira de todos los visitantes de esta región de Francia. Comenzando por sus preciosas casas con fachadas de entramado de madera y siguiendo por los típicos pequeños negocios locales que ofertan toda clase de artesanías trabajadas a mano, productos autóctonos y pequeñas boutiques de ropa. En esta zona la producción de mala calidad china no tiene cabida, afortunadamente. En un mundo tan globalizado agradecemos muchísimo la originalidad y la exclusividad en las cosas, la artesanía y lo local en suma. Y por último las encantadoras plazas con estupendas terrazas donde hacer un alto en el camino para saborear un café con hielo contemplando estas vistosas casas con sus ventanas adornadas con campanillas.
Tras unas horas de exploración iniciamos el descenso por la empinada Rue du Petit Port en busca del puerto de Dinan. Pero justo antes se puede acceder a una parte de las murallas para poder disfrutar de unas vistas panorámicas del Dinan medieval. La piedra en fachadas armadas con los entramados de madera, los faroles de hierro forjado, los tejados de sobria teja gris, las flores en los alfeizares de las ventanas y las calles empedradas, todo hace de Dinan una ciudad medieval de cuento.
La Basílica de Saint Sauveur resulta extraña por sus influencias bizantinas, romanas y persas, y cuya construcción no llegó a terminarse por completo. Está situada al lado del jardín inglés y desde ella ofrece vistas sobre el río Rance y los puentes que lo atraviesan.
Desde el puerto de Dinan parten paseos que llegan hasta el estuario donde el río Rance desemboca en el Canal de la Mancha. Algunos pequeños restaurantes y cafés salpicados por el camino dan ambiente a la parte baja de Dinan.
Mientras tomábamos un refrigerio a orillas del río Rance disfrutando de una preciosa tarde pudimos ver a unos de los barcos turísticos en los que se puede explorar y navegar por una parte del río y tener otro punto de vista de la ciudad de Dinan. El lugar de embarque se efectuaba justo al final de la escarpada calle Rue du Petit Fort que comunica la parte alta con la parte baja del puerto de Dinan.
Posted in: Francia , Viaje en coche verano 2011 Enviar por correo electrónico Escribe un blog Compartir con Twitter Compartir con Facebook