Dinastía QingDinastía QingLos manchúes fundaron la dinastía Qing, invadieron China, adoptaron elementos de su cultura, adaptaron la mayor parte de la estructura gubernamental de la anterior dinastía Ming y gobernaron ese inmenso territorio desde mediados del siglo XVII hasta comienzos del siglo XX.
Dinastía Qing o Dinastía Ts'ing, también conocida como dinastía Manchú o Ch’ing, última dinastía imperial china, que gobernó desde 1644 hasta que en 1912 tuvo lugar el triunfo de la Revolución republicana. Fue fundada por Dorgon, corregente de los manchúes y poseedor del título dinástico manchú de Qing, tras tomar la ciudad de Pekín en 1644. Los manchúes, un grupo nómada del norte, fueron convocados por la dinastía Ming de China para expulsar a los rebeldes de su capital, pero una vez llevada a cabo la misión, Dorgon se negó a salir de la ciudad. Murió en 1650, y a sus sucesores les llevó más de treinta años dominar toda China. Los rebeldes se habían retirado al sur, y la resistencia abierta sólo finalizó tras la toma de Taiwan en 1683.Los manchúes trataron de aplacar el resentimiento chino colocando en los principales puestos de responsabilidad de Pekín un número más o menos igual de manchúes y chinos, pero los oficiales manchúes ostentaban la función de nombramiento de altos cargos militares y el resentimiento antimanchú podía surgir en los momentos difíciles.
2 EL SIGLO XVIII
Sin embargo, el siguiente siglo trajo consigo la paz, la prosperidad y una posición en el conjunto internacional sin precedentes en la historia china, admirada incluso por eruditos occidentales como el escritor y filósofo francés Voltaire. A mediados del siglo XVIII la población había aumentado hasta superar los 200 millones. La agricultura sufrió una destacada evolución. Los impuestos eran más bajos que durante la dinastía Ming. Los Qing extendieron el control chino hasta el Tíbet y Xinjiang, deponiendo a los jefes tribales hereditarios.Los manchúes fueron absorbiendo progresivamente la cultura y el sistema de gobierno chinos. El principal emperador de la dinastía fue posiblemente Qianlong, que reinó entre 1736 y 1796, estudió pintura y caligrafía, fue considerado autor de numerosos poemas y se convirtió en un gran mecenas de las artes.3 EL SIGLO XIX
Por el contrario, el siglo XIX se convirtió en un siglo de grandes esfuerzos. Las razones fueron tanto externas como internas. En cuanto a las externas, China se vio obligada a incrementar sus contactos con Occidente, acatando sus condiciones. El reto estaba encabezado por Gran Bretaña. Durante la primera parte del siglo XIX los excedentes del comercio chino con Gran Bretaña presentaron un grave déficit, ya que la Compañía Británica de las Indias Orientales comenzó a introducir ilegalmente en China cada vez mayores cantidades de opio, con la connivencia de funcionarios corruptos, cargando barcos que habían sido enviados vacíos para realizar exportaciones de té, porcelana y tejidos chinos. Las tentativas chinas de suprimir el comercio del opio desembocaron en las derrotas en las dos guerras del Opio mantenidas contra el Imperio Británico entre 1839 y 1843 y desde 1856 hasta 1860. Los chinos se vieron forzados por una serie de tratados leoninos, que permanecieron en vigor hasta 1943, a abrir su territorio cada vez más al comercio exterior. Hong Kong fue cedido a los británicos, y otras ciudades del territorio chino, como Shanghai, eran gobernadas de acuerdo con leyes extranjeras. Los misioneros occidentales ganaron adeptos y causaron un gran desafuero provocando (de forma indirecta) la desastrosa rebelión Taiping (1854-1860). Las posteriores tentativas para expulsar a los extranjeros, como la rebelión Bóxer de 1900, empeoraron la situación.En cuanto a la política interna, China se hallaba inmersa en una serie de problemas insolubles. En parte, la dinastía era víctima de su propio éxito inicial. Según aumentaba la prosperidad, aumentaba también la población, lo que llevó al hambre y a una gran escasez de recursos. Más destructivas fueron las rebeliones provocadas por la corrupción del gobierno y los impuestos cada vez más altos, así como por las derrotas a manos de los extranjeros. Entre los principales levantamientos destacan la rebelión del Loto Blanco (1796-1805) por parte de sociedades secretas que profesaban el taoísmo, una serie de rebeliones musulmanas en el noroeste durante el tercer cuarto del siglo XIX y, sobre todo, la rebelión Taiping que tuvo lugar entre 1850 y 1864. Esta última fue incitada por un movimiento cristiano heterodoxo que ambicionaba el establecimiento de un utópico sistema de posesión estatal de la tierra en nombre de Dios. El consiguiente enfrentamiento causó estragos en China central y meridional, provocando casi veinte millones de muertos. Los rebeldes sólo pudieron ser derrotados con ayuda de un ejército occidental a las órdenes del general británico Charles George Gordon.4 EL FIN DE LA DINASTÍA
Palacio imperial de PekínEl Palacio imperial es uno de los múltiples edificios que se encuentran en la Ciudad Prohibida, complejo amurallado situado al norte de Pekín, en el que se alojaban los emperadores de las dinastías Ming y Qing. La Ciudad Prohibida fue llamada así porque sólo los miembros de la Casa imperial podían acceder a ella. Abierta al público en la actualidad, los edificios de este complejo son museos.Estos problemas fueron debilitando a la dinastía y causaron malestar popular. La derrota sufrida en 1895 en la Guerra Chino-japonesa también produjo una seria agitación dentro y fuera del propio gobierno imperial, especialmente en cuanto a la mejor manera de afrontar los desafíos internacionales. De un lado, estaban los partidarios del llamado “auto-fortalecimiento”, que confiaban en la máxima de “el saber extranjero para la práctica, el saber chino como teoría”; de otro, los seguidores de soluciones políticas radicales. A finales del siglo XIX la corte imperial estaba dominada por la emperatriz viuda Ci Xi, que fue incapaz de llevar a cabo el inevitable proceso modernizador. Las reformas constitucionales que propuso en 1906 fueron muy pocas y llegaron demasiado tarde.PuyiEl último emperador de China accedió al trono en 1908, cuando todavía era un niño, bajo la regencia de su padre, el príncipe Chun. Obligado a abdicar cuatro años más tarde, tras el triunfo de la Revolución republicana, siguió no obstante viviendo en la Ciudad Prohibida de Pekín con el nombre de Henry Puyi, conservando el título de emperador si bien como prisionero del gobierno republicano. En 1924 se le obligó a abandonar el palacio y, en 1932, los japoneses le presionaron para que se convirtiera en regente del Estado títere de Manchukuo. Emperador de Manchukuo desde 1934, al finalizar en 1945 la II Guerra Mundial con la derrota japonesa, Puyi fue capturado por tropas soviéticas, que le retuvieron hasta 1950, un año después del triunfo de la Revolución comunista china. Estuvo preso en su país durante casi diez años y después de trabajar como jardinero y bibliotecario en Pekín, falleció en 1967. Esta fotografía le muestra en el interior de la Ciudad Prohibida, cuando era un peculiar prisionero imperial del régimen republicano.
Mientras tanto, habían surgido nuevos grupos económicos y sociales, interesados en el desarrollo de las industrias chinas, sobre todo en la del ferrocarril. Se resentían de la estricta dominación imperial. Algunas provincias crearon asambleas electas en 1909. Finalmente, en 1911, las autoridades descubrieron los planes de un levantamiento en Wuchang (actual ciudad de Wuhan). En lugar de esperar a ser detenidos, los conspiradores adelantaron sus planes y, para sorpresa de todos, incluidos ellos mismos, tomaron Wuchang. Envalentonados, siguieron adelante hasta lograr el triunfo de la Revolución republicana y el derrocamiento del emperador Puyi, que había accedido al trono en 1908 tras la muerte de Cixi, con apenas dos años de edad.El Imperio se desintegró en tres meses, y se convirtió a principios de 1912 en una república cuyo primer presidente provisional fue Sun Yat-sen. No obstante, el general Yuan Shikai, que sucedió a Sun como presidente provisional después de haber encabezado las tropas imperiales contra los propios republicanos, se autoproclamó emperador a finales de 1915, pero fue definitivamente derrotado al año siguiente.