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Dinero Gratis (crónicas de un hombre de hoy).

Publicado el 03 noviembre 2010 por Crowley
Dinero Gratis (crónicas de un hombre de hoy).
Dinero gratis, de Carlo Padial.Colección Miradas. Editorial del Silencio.
"[...] he tomado la decisión de hacerme crítico de cine profesional. A partir de este momento, mi opinión sobre cualquier película valdrá más que la tuya."
(Fragmento de uno de los cuentos del libro) 
Odio a Carlo Padial y odio este libro.Sí, sí, como están ustedes leyendo. Lo odio profundamente y con toda mi negatividad. ¿Que por qué?. Pues porque no sólo Carlo ha escrito el libro que yo siempre he soñado escribir como carta de presentación, como debut vaya, sino que, además, va el tío y escribe basándose en mí y en mi forma de actuar (anda que lo voy a poner fino si me lo encuentro, por haberme sacado así en la portada del libro). Sí, sí, ha escrito (maravillosamente, eso sí) sobre mi persona.¿Qué quien soy yo?. Pues soy un tipo normal y corriente, con sus paranoias y con sus neuras. El don nadie anónimo de esos que te cruzas todos los días por la calle y que ni tan siquiera ves, el que sale siempre en la foto con los ojos cerrados o con la cabeza cortada, el que siempre llega tarde al cine y te molesta cuando ya estás cómodamente sentado viendo la película, el que mira el ticket de una cena de amigos y calcula, con decimáles, la parte exacta que tiene que pagar en función de lo que ha comido, el que nunca entiende los chistes a la primera y acaba con el buen rollo general con su típica frase "perdona, pero no lo he entendido", soy el que cuando todos se han puesto de acuerdo, va y suelta "pues, yo prefiero montaña"... Soy una sombra en la que tú, en algún momento de la vida, aunque sea por tan sólo unos minutos, te verás reflejado sin querer reconocerlo nunca.
Un mundo como en el que vivimos, posmoderno y con ínfulas de grandilocuencia, da mucho juego para que un escritor saque partido de ello y cree, como hace él, un ejercicio de plasmación de la paranoia y las obsesiones del hombre de hoy de brillante acabado y forma. Ese hombre protagonista soy yo.
Soy yo.
Tengo miedo a todo y estoy roto por dentro, tanto como lo estaría el cascarón de un huevo tras treinta martillazos. Miedo a la calvicie incipiente que comienza a asolar mi cabeza, miedo a las ex que se agrupan para confabular contra mí, miedo a tirar la bolsa del plástico en el contenedor del cartón y ser visto in fraganti, miedo a no conseguir trabajo digno, miedo a ser normal, miedo a no estar enfermo, miedo a Pavlovsky, miedo a Picasso, miedo a Basualdo, ese escritor mediocre con éxito inexplicable, miedo a una infatigable mujer que me obligue a que limpiemos orgiásticamente durante horas y horas, miedo a los mendigos, miedo a que todos sepan qué hacía yo el 11-S, miedo a que todos descubran por qué quiero seguir siendo fotógrafo de National Geographic, miedo a las incongruencias laborales, miedo a tener miedo...
Lo que pasa, lo que ocurre, lo que ha hecho el muy canalla (me corroe la envidia que le tengo, a él que tiene todo su pelo intacto y tan altivamente luce en esa foto que hay las solapas del libro) es que a pesar de que ustedes van a leer mis miserias tan detalladamente reflejadas, lo van a hacer con una negra sonrisa en la comisura de sus labios, tal es el trazo de crudo humor inteligente con el que ha sazonado Carlo su plato literario y que hace que los relatos revolotéen por tu cabeza durante días. Un sense of wonder crudo y áspero, como si fuese una lija de grano grueso que lo convierten en el libro más enérgico, rompedor, irreverente y tristemente divertido que he tenido la ocasión de leer desde hace tiempo.
No sé si se lo he dicho ya, pero odio a Carlo Padial, ese Quevedo (por lo satírico) del siglo XXI, esa fabulosa mezcla de Mauro Entrialgo, Quim Monzó, Tod Solondz, Daniel Clowes y Paco Alcázar, ese turbador francotirador representante de la realidad oculta que es.Lo malo, es que si ustedes leen este libro, no sólo no le odiarán, sino que le adorarán y esperarán con ansia a que publique su siguiente trabajo que, seguro, será tan imprescindible como este.
¡Maldito seas Padial!. ¡Voy a secuestrate todas las tiradas!.
Firmado: El personaje anónimo protagonista de estos relatosn (Basualdo, ahora voy a por tí).

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