Sabemos de él gracias a Teodoreto, que hace una descripción de su vida, basándose en los testimonios de monjes que le conocieron.
Abraham nació a mediados del siglo IV y fue ermitaño casi desde niño. Vivía austeramente, ayunando casi siempre y en constante oración. Permanecía días enteros en pie o de rodillas, sin dormir, para no caer en la pereza, y otras excentricidades. Pero un día comprendió que así solo se haría daño y no lograría edificar a nadie, así que decidió hacerse un predicador del Evangelio y vivir entre las personas.
Se mudó a Haram, la tierra de su tocayo el Patriarca San Abraham (19 de octubre) y por medio de un supuesto negocio de frutos secos y frutas, comenzó a predicar a Cristo a la gente. Ya no eran tiempos de persecución, pero muchos aún eran hostiles al cristianismo, por lo que en una ocasión le tomaron y le arrojaron desde el tejado de una casa. Pero he aquí que en una ocasión los funcionarios fiscales aparecieron en la aldea exigiendo el pago de un impuesto exorbitado. Los habitantes del pueblo estaban todos temerosos, pero Abraham consiguió un préstamo de un noble que le admiraba, pagó el impuesto y desde entonces, como no, todos le quisieron. Ya lo dice el dicho: "poderoso caballero es Don Dinero".
Al poco tiempo falleció el obispo y Abraham fue elegido por todos para ocupar la sede, pero a pesar de ello, siguió viviendo pobre y austeramente, como un eremita. Subió al empíreo sobre 422.
A 14 de febrero además se celebra a
San Valentín de Roma, presbítero y mártir.