Después de la caída fulgurante de los precios inmobiliarios hay mucho dinero de inversores que está preso de proyectos que no permiten salirse sin pérdidas.
Muchos de esos inversores (la mayoría yo diría) confían en que en un futuro (por arte de magia) vuelva a subir el valor de sus activos y recuperen lo invertido. La cuestión es: ¿cuándo subirá hasta recuperar el valor de lo invertido? ¿Mientras eso pasa habrá que invertir más? Son pocos los inversores inmobiliarios que se plantean su inversión en términos financieros: rentabilidad del dinero en relación al tiempo y al coste de capital en el que incurren.
No se dan cuenta que es posible que recuperen un valor similar al capital que les va a exigir a partir de ahora. Y que es mejor negocio forzar la venta de los activos cuanto antes. Incluso quizás cederlos a los bancos financiadores sin más (si eso es posible, al ser propiedad de un sociedad y no estar avalados los créditos).
Aunque se planteen la venta de sus activos, esos inversores se empeñan en pedir un precio en función de su coste y no en función del valor de mercado que actualmente tienen los mismos. Un grave error, que muchos otros sectores económicos descubrieron hace tiempo.
Muchos de estos conceptos se plasman en el libro DEL NEGOCIO INMOBILIARIO A LA INDUSTRIA INMOBILIARIA, de Mikel Echavarren, que vamos de publicar en breve en Libros de Cabecera. Un libro extraordinariamente interesante para un asunto que nos afecta a todos. Su tesis es que el negocio inmobiliario se ha de normalizar y las empresas inmobiliarias profesionalizarse y obtener en el futuro un beneficio empresarial normal, lejos de los beneficios especulativos que obtuvieron en la época de la burbuja…