Las administraciones públicas aportarán la mitad de los 50 millones de euros necesarios para las Jornada Mundial de la Juventud, a celebrase en Madrid en agosto de 2011. Para recaudar la otra parte, el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, ha convencido a 40 importantes empresarios de España.
Rouco prometió al Papa en el Vaticano que podía contar con él y con sus amigos empresarios “de manera incondicional y permanentemente”. Emilio Botín, presidente del Banco Santander; César Alierta, de Telefónica; Antonio Vázquez, de Iberia, el presidente de FCC, Baldomero Falcones y el presidente de la CEOE, el arruinado Gerardo Díaz Ferrán; fueron algunos de los que le acompañaron en la audiencia papal. Los mismos financiarán la visita de Benedicto VI a cambio de exenciones fiscales del 80%, ya que el Gobierno ha declarado el evento “de interés especial”.
La Iglesia española pronostica que acudirán a la Jornada Mundial de la Juventud más de dos millones de jóvenes. Por este motivo, los mecenas se han dejado convencer fácilmente, además de por las importantes exenciones fiscales. Las donaciones “en especie” –la organización prefiere huir de la palabra “dinero” – que se recauden serán gestionadas por la Fundación Madrid Vivo, cuyo presidente de honor es el propio cardenal Rouco.
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