PÁNICO NUCLEAR
En 1952 tuvo lugar una exitosa reposición de King Kong que animó a los productores de la Mutual a realizar un filme con un monstruo gigante, en esta ocasión mutado por la radiación para explotar la creciente paranoia nuclear, que ya había utilizado The Lost Continent (1951, Sam Newfield), con dinosaurios de Edward Nassour y música de Paul Dunlap (1919-2010). The Beast from 20,000 Fathoms (1953, Eugene Lourié) se inspiró en el relato The Fog Horn (1951) de Ray Bradbury y la animación corrió a cargo de su amigo del instituto Ray Harryhausen, el discípulo aventajado de Willis O’Brien, responsable de los efectos de King Kong.
The Beast from 20,000 Fathoms
Ray habría querido que la banda sonora se encomendara al compositor de King Kong, Max Steiner, pero fue el ruso Mikhail Isaakovich Levin a.k.a. Michel Michelet quien comenzó a escribirla. Sin embargo, cuando el proyecto pasó a la Warner y los productores la escucharon, decidieron encargar otra más épica a David Buttolph (1902-1983). Buttolph, cuya formación jazzística aportó modernidad a la partitura, contó con apenas una semana para cumplir el encargo, por lo que tuvo que tirar en algunos momentos de temas populares y algunos compases propios de películas anteriores, además de repetir el tema del monstruo cada vez que aparece el rhedosaurio. Maurice De Packh realizó los arreglos para una orquesta de medio centenar de músicos, con una completa sección de metal con los graves reforzados (tres trompas, tres trompetas, tres trombones, dos tubas, un saxo barítono y otro bajo), órgano Hammond y bajo eléctrico [1], que dirigió Ray Heindorf en la grabación de la banda sonora, que tuvo lugar la primera semana de abril de 1953 en los estudios de la Warner.
El éxito de The Beast from 20,000 Fathoms llevó a Lourié a dirigir otros dos nuevos largometrajes con dinosaurios mutados por la energía atómica: The Giant Behemoth (1959) –con animaciones de O’Brien- y Gorgo (1961), producidas en Reino Unido y cuyas bandas sonoras escribieron Edwin Astley (1922-1998) y Angelo Francesco Lavagnino (1909-1987), respectivamente.
Gorgo
Edwin Astley
Astley es también autor de la BSO de la famosa serie de televisión The Saint o la comedia A Matter of Who, lo que resulta bastante irónico al tratarse del padre de Karen Astley, la mujer de Pete Townsend, el guitarrista de los Who. Para The Giant Behemoth creó una partitura solvente y atronadora, siguiendo la pauta marcada por Buttholph. Más interesante nos parece la partitura poderosa que el compositor italiano especializado en filmes mitológicos Lavagnino escribió para Gorgo, que también contiene una hermosa melodía que se suele tocar a la concertina, instrumento muy ligado a los marineros, como los que encuentran al monstruo. Muir Mathieson dirigió la orquesta, compuesta por cuatro trompas, otros tantos trombones y trompetas, una tuba, órgano, vibráfono, arpa y xilófono, además de una pequeña sección de cuerda en la que escaseaban los violines, por lo que las violas abusan del registro agudo. Desgraciadamente, los productores eliminaron pistas enteras, recortaron otras y ahogaron muchas bajo estridentes efectos de sonido.
Gojira (1954)
El trauma atómico del pueblo nipón, con los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki aún frescos en la memoria, inspiró a los productores de Toho para realizar su propio filme de monstruos gigantescos mutados: Gojira (1954, Ishirō Honda), conocida en Occidente como Godzilla. El éxito fue tal que originó todo un género cinematográfico, al que se conoce como tokusatsu (literalmente, “filmación especial”), que sigue gozando de buena salud hoy en día y en el que los efectos especiales tienen un papel fundamental, siendo especialmente populares las películas protagonizadas por kaijus (“bestias gigantescas”).
Akira Ifukube y su amigo radiactivo
La banda sonora de Gojira es obra de Akira Ifukube (1914-2006), el principal compositor nipón de filmes de dinosaurios y, más en particular, kaiju mutados por culpa de la energía nuclear. Ishirō Honda volvió a contar con sus servicios en Sora no Daikaiju Radon (1956), Daikaiju Varan (1958), King Kong tai Gojira (1962), San Daikaiju (1964), Frankenstein tai Baragon (1965) –donde introduce por primera vez en una banda sonora japonesa una flauta contralto en Sol-, Kaiju Daisenso (1965), Kaijū Sōshingeki (1968) o Mechagojira no Gyakushū (1975). Y también puso música a Chikyu Kogeki Meirei Gojira tai Gaigan (1972, Jun Fukuda), Gojira tai King Ghidorah (1991, Kazuki Omori) o los filmes de Takao Okawara Gojira tai Mothra (1992), Gojira tai Mechagojira II (1993), Gojira tai Destoroyah (1995) y Gojira Nisen: Mireniamu (1999), además de a la serie de televisión Gojira Airando (1997, Shun Mizutani).
El tema principal de Godzilla es una variación del tutti orquestal del primer Concierto para violín (1948) de Ifukube, que ofrece grandes similitudes con el tercer movimiento del Concierto para Piano en Sol (1931) de Maurice Ravel, de quien el nipón era fan. Son características del estilo de Ifukube la utilización de motivos simples, ostinatos (repetición continua de notas), pedales (notas que se mantienen de fondo), escalas pentatónicas japonesas [2], modos frigios [3] y similares al eólico (conocido como escala menor en Occidente), mientras no utiliza acordes triadas ni la forma sonata occidentales.
En su ensayo “La música de las películas tokusatsu” (Historia completa de las películas tokusatsu de Toho, 1983), Ifukube defiende que, a diferencia de otro tipo de filmes en los que la música pierde su autonomía al subordinarse a la acción dramática, en los de efectos especiales puede existir con independencia y, cuando se reproduce durante el visionado, produce un misterioso efecto de utilidad.
Pero las aportaciones de Ifukube a sus filmes de kaiju no se limitaron a la música. Fue quien dio voz a Godzilla, proponiendo usar el contrabajo sul ponticello (es decir, frotando el arco justo junto al puente, donde se produce un sonido metálico, oscuro y misterioso). También produjo otros efectos sonoros, por ejemplo golpeando directamente las cuerdas del piano en Sora no Daikaiju Radon.
Masaru Satō
Compositor habitual de Akira Kurosawa, Masaru Satō (1928-1999) debutó con la banda sonora de Gojira no Gyakusu (1955, Motoyoshi Oda) y es el autor de las partituras de los kaiju eiga de Jun Fukuda Gojira, Ebira, Mosura. Nankai no Dai Kettō (1966), Kaijū Shima no Kessen Gojira no Musuko (1967) o Gojira tai Mekagojira (1974).
Takayuki Hattori
Hijo y nieto de compositores, Takayuki Hattori (1965) colaboró en la ya citada Gojira Nisen: Mireniamu (1999) y escribió la música de Gojira tai SupēsuGojira (1994, Kensho Yamashita) o los filmes animados por ordenador dirigidos por Kobun Shizuno y Hiroyuki Seshita Gojira: Kaiju Wakusei (2017), Gojira: Hoshi o Kū Mono (2018) y Gojira: Kessen Kidō Zōshoku Toshi (2019).
Gojira: Kaiju Wakusei
Reijiro Koroku puso música a Gojira (1984, Koji Hashimoto), Koichi Sugiyama –conocido por la franquicia de videojuegos Dragon Quest– a Gojira tai Biollante (1989, Kazuki Omori) y Kan Sawada ha sido el último en rellenar compases para la franquicia, en el anime Gojira Shingyura Pointo (2021, Atsushi Takahashi), que también recupera temas clásicos de Ifukube.
Godzilla, Singular Point
-----
[1] Laurens Hammond inventó el famoso órgano eléctrico en 1935 y Paul Tutmarc desarrolló un bajo eléctrico en los años 30, aunque el primero viable comercialmente fue el Precision Bass (1951) de Leo Fender. Tras la aparición del Fender Jazz Bass (1960), los músicos de rock y jazz comienzan a generalizar su uso, al tiempo que se pone de moda en los mismos círculos el órgano Hammond.[2] La escala pentatónica japonesa o escala Hirajoshi contiene cinco notas que equivalen a la escala menor occidental sin las notas que ocupan el cuarto y séptimo lugar.[3] El modo frigio es el que se forma construyendo una escala desde la nota Mi en la escala de Do mayor. Equivaldría a la escala menor, aunque con la nota que ocupa el segundo lugar un semitono más bajo.