En los últimos tiempos la blogosfera maternal ha crecido imparable. De los cuatro gatos -o gatas- que éramos cuando todo este movimiento comenzó, hoy hay cientos y cientos de blogs que hablan o tratan temas relacionados con la maternidad.
No sólo ha cambiado el número, también la temática, el enfoque e incluso el propósito. Todo el mundo puede escribir un blog con el estilo que quiera, hacer una bitácora para fin propio o pretender que te lean otros. Bien puedes querer formar una mini comunidad, convertirte en lideresa o simplemente dejar plasmados tus pensamientos, tus ideas o tus experiencias. Cada cuál es muy libre de hacer lo que quiera. La red da para mucho.
Muchas nuevas blogueras han calificado a las que llevamos más tiempo en este negocio como Dinosaurias. Yo soy una Dinosauria.... ¡y a mucha honra! Empecé mi blog hace más de tres años. ¿Por qué quise escribir? Porque buscaba una tribu, porque tenía miedo, porque tenía dudas, porque me sentía sola en mi maternidad, porque escribir me liberaba, porque me encontré a otras mujeres que les pasaban cosas parecidas. No escribía para los demás, no pretendía nada, sólo sentirme mejor. ¡Y lo conseguí! Pero además logré muchas otras cosas, entre ellas aprender de la experiencia ajena, ganar en seguridad, conocer a muchas madres que hoy además son mis amigas. Y escribir se convirtió incluso en adicción. La cantidad de información que conseguí absorber en ese primer año sobre maternidad y otros temas relacionados fue tremenda. Gracias a blogs, publicaciones, artículos, libros, y por supuesto a la experiencia propia y ajena, me convertí en toda una doctorada en el tema. Lo aprendido me servía en mi vida, en mi día a día, y eso era lo más importante para mi.
Después vinieron otras, llegaron las marcas y con ello muchos intereses. Y cuando hay intereses por medio.... las cosas cambian. Y todo comenzó a cambiar. No sé si para bien o para mal. Yo creo que el cambio y la evolución siempre es favorable, siempre que se mantenga el espíritu original que lo originó todo.
Y se siguieron sucediendo los cambios hasta llegar a donde estamos hoy. Una Comunidad con muchos matices, con muchos perfiles y con muchas maneras de abordar la maternidad. Antes sólo había una, la experiencia personal. Hoy encontramos variedad para que cada uno pueda identificarse con la corriente más afín a sus gustos y pareceres.
Pero la realidad es que sin estas Dinosaurias esto que hay hoy, una Comunidad por la que muchos pelean y a la que todos pretenden, no hubiera sido posible.
Al igual que los paleontólogos respetan e incluso adoran los restos del pasado, igual debería suceder con las blogueras con más recorrido. En lugar de llamarnos "aburridas" por hablar sólo de maternidad pura y dura, se debería reconocer que lo que en su día hicimos ha dado lugar a un movimiento potente y de gran calado en la red.