Cuentan que allá por el año 300 o 400 A.C., el grandísimo Alejandro Magno (quizá en una gira a lo Justin Bieber o Madonna) se acercó a Corinto donde vivía Diógenes de Sínope, (el Cínico para los amigos). El mismo personaje que andaba por Atenas buscando, linterna en mano, algún hombre honesto (pobrecito, si se hubiese pasado por la carrera de San Jerónimo todavía andaría buscando). Vivía dentro de un tonel (no se si es que lo habían desahuciado también a él) y andaba por ahí medio desnudo. No tenía nada pero era enormemente conocido por su sabiduría. Pues bueno,como decía, llegó Alejandro con toda su pompa y fasto. Todos los habitantes del lugar fueron corriendo a ver la comitiva (igualito que en las cabalgatas de Reyes magos, pero con Rey). Todos menos Diógenes. Alejandro, extrañado por la incoparececencia del filósofo se acercó al “dudoso” barrio de Craneio, donde estaba la casa-barril del sabio y se lo encontró tomando el sol tan alegremente. Alejandro se puso delante (poned vocecitas cuchicheantes de fondo haciendo porras para ver como ejecutarían al sabio) y le dijo “Maestro, Díme que puedo hacer por tí”. Diógenes, serio, levantó la cabeza y le dijo, “¿Podías apartarte un poquitín? Es que me tapas el sol…”. Alejandro se retiró y mientras se marchaba decía a sus generales “En verdad, si no fuera Alejandro, me gustaría ser Diógenes”.
Algunos de los nuevos inquilinos del Congreso (así, a secas, no me disgusta nada la propuesta de Compromís) deberían aprender algo de Alejandro Magno, y ya que parecen no ser capaces de ofrecernos una solución, por lo menos deberían de serlo para apartarse y
A estas horas de poco nos vale el show lamentable propio sólo de ciertos programas de Telecinco que nos están dando. Necesitamos romper esta situación de parálisis, necesitamos poner en marcha el cambio que les hemos pedido en las urnas. Ya sabemos que los resultados no
Al final, entre todos nos han roto en mil pedazos las esperanzas que habíamos depositado en quienes prometían un nuevo tipo de política que nos llevase al fin del ciclo de deshumanización en el que vivimos.
¿Y si aprendiesen un poquitín de la grandeza de Alejandro y se apartasen para que los que seguimos sufriendo las consecuencias de las miserias de un gobierno cruel que están eternizando con la etiqueta de “en funciones”, pudiésemos tomar el sol?. ¿Y si. ya que no son capaces de hacer nada, se apartasen y dejasen paso a los que, de verdad, tengan algún interés en nosotros? ¿No entienden que nos tapan el Sol y los que andamos desnudos como Diógenes continuamos pasando frío?

