Editorial: Suma de Letras
Páginas: 272
ISBN: 9788483651124
Precio: 17€
Este libro me llegó por sorpresa y, a pesar de que siempre hace ilusión que una editorial confíe en ti y te envíe alguna de sus novedades, en este caso me daba un poco de miedo que la novela no me gustara. El título, la portada y la sinopsis no me resultaron nada atrayentes, pero lo bueno de esperar poco es que después puedes llevarte grandes sorpresas. Esto es exactamente lo que me ha ocurrido con Dios es mi colega: no tenía muchas esperanzas puestas en él, pero luego me vi a a punto de emocionarme en algunas escenas, y eso no es nada fácil de conseguir en mí.
Sinopsis
El protagonista es un hombre de treinta años del que no llegamos a conocer el nombre. Trabaja en un sex shop, ha tenido una vida familiar difícil y un buen día se le presenta Dios en persona. Sí, como leéis, Dios en su forma de señor con barba blanca, tal y como lo representábamos de pequeñitos. Después de la impresión inicial, el protagonista descubre que Dios es un tipo enrollado y empieza a charlar a menudo con él. Dios, como buen ser omnipresente, conoce los pensamientos de todo el mundo y ayuda al chico a conquistar a Alice, una estudiante de Psicología. Los años van pasando y Dios sigue siendo el colega del narrador, pero hay una duda que el protagonista siempre tiene: ¿por qué Dios lo escogió a él como amigo?
Una lectura para pensar
Aunque su portada y el título sean propios de una comedia americana cutre, la realidad es que el sentido del humor ocupa un lugar secundario en la novela. El narrador intenta hacer sus comentarios graciosos y muchas de las escenas con Dios pretenden tener un toque cómico, pero como yo soy rara no me han arrancado ninguna carcajada, aunque no dudo que a otra persona le gustarán. En cualquier caso, no es eso de lo que quiero hablar en este punto. Creía que estaba ante una novela de humor, pero al adentrarme en su lectura he descubierto que su temática es más bien existencialista.
Los años pasan en la vida del protagonista, y los hechos que le toca vivir son normales salvo por el detalle de que su mejor amigo es Dios. El lector puede identificarse fácilmente con sus vivencias: sus dudas en determinados momentos, sus miedos y el dolor que inevitablemente llega. Estas situaciones están aderezadas con las charlas con Dios, y ahí es donde reside parte de la gracia del libro: el protagonista debe aprender a vivir y a aceptar lo que le ha tocado. Son frecuentes las conversaciones sobre el destino, el bien, el mal, etc., pero ante todo destaca un mensaje realista que dice que el destino nos lo hacemos nosotros mismos (algo con lo que estoy cien por cien de acuerdo) y es conveniente aprender a vivir nuestra vida de la mejor manera posible.
Me aplico la frase: "Hoy es el primer día del resto de mi vida". Tengo que recuperar el tiempo perdido o, mejor dicho, ganar tiempo. Debo ganar el tiempo que me queda, sencillamente viviéndolo (pág. 173-174).
No es exactamente una historia optimista, pero sí es cierto que el protagonista consigue salir adelante a pesar de las dificultades y al cerrar el libro te deja con buen sabor de boca. Destaco que la narración va de menos a más: las primeras páginas me parecieron esperpénticas (entre otras lindezas, se nos cuenta que al protagonista le dio por probar un vibrador él solito. No tengo nada en contra de esta práctica, ojo, es sólo que prefiero leer otras cosas), pero afortunadamente la historia mejora conforme el protagonista adquiere unas responsabilidades y su lado lokazo deja de estar tan presente.
Por si a alguien se le ha pasado por la cabeza, aclaro que el libro no tiene ningún sentido religioso ni promueve las creencias de la Iglesia católica. El personaje de Dios es algo meramente anecdótico, e incluso él mismo resta importancia a algunas ceremonias y dice que lo que importa ante todo es el bienestar de la gente, no tanto que lo demuestren en la casa del Señor. Me parece un acierto enfocarlo desde esta perspectiva porque se adapta al mundo actual sin ofender a las personas creyentes.
Parecidos razonables
Mientras leía no dejaba de acordarme de un libro que ha tenido un gran éxito este año: Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo, de Albert Espinosa. Esta novela está protagonizada por un chico de edad similar a la del protagonista de Dios es mi colega, se plantean diversos temas interesantes y, por si fuera poco, aparece un extraterrestre (que para el caso sería el equivalente a Dios). A mí el citado libro no me entusiasmó porque como digo no soy amante de este género, pero os lo comento porque si os gustó Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo es posible que también os guste Dios es mi colega.
Los dos tienen en común el hecho de ser libros originales que tratan temas para reflexionar de una forma liviana y superficial. Lo de superficial no lo digo en tono peyorativo: las cuestiones se dejan caer pero por la brevedad del relato no se llega a profundizar demasiado en ellas. Esto tiene su parte positiva: el libro es muy ameno y no aburre; no obstante, también tiene su lado negativo: no deja la misma huella que una novela con más enjundia, aunque de todas formas su lectura te sirve para pasar un buen rato.
Nota final
Pese a todos los prejuicios que tenía, reconozco que el libro me ha gustado y me ha parecido mejor de lo que esperaba. Su historia destaca más por los temas que te aporta que por la trama argumental en sí, ya que la intención del autor era transmitir estas ideas a partir de un elemento cómico y metafórico como es este Dios buenrollista. Personalmente, aunque intuyo que habrá lectores que se acerquen al libro esperando un relato humorístico, yo me quedo con el lado reflexivo y la emoción que me ha hecho sentir en algunos momentos por lo bien que plasma los sentimientos de una persona normal y corriente que podría ser cualquiera de nosotros.
¿Todavía necesitáis más razones para leerlo? De acuerdo, no es la octava maravilla, pero tiene a su favor el hecho de ser cortito y tener la letra grande, y entre eso y su prosa amena se lee en un par de sentadas. Si sois como yo y normalmente leéis otro tipo de historias, esta novela puede ser una opción para cuando os apetezca algo distinto, una historia sencilla que hace pensar en los sucesos de la vida sin caer en un tono dramático. Totalmente recomendable para cualquier lector, independientemente de sus gustos.
Mi valoración: 7/10