Sin duda este tema a veces causa discordia, pues crecimos con muchas creencias inculcadas por nuestros padres, abuelos y la misma sociedad. De niños solo creemos lo que nos cuentan, sin poner en duda que aquello que nos dicen está bien y es lo correcto. “Háblale a Dios que está arriba, ve a rezar al templo de Dios”, era lo que nos decían.
Pasaron muchos años, décadas y seguramente te has sentido culpable por no ir a buscar a Dios en algún lugar y la verdad es que lo has llevado contigo todo el tiempo. Si ya sabemos que somos energía pura y fuimos hechos a imagen y semejanza del Creador, lógico es pensar que él también es Espíritu, absolutamente puro y lleno de luz y ¿Adivina dónde permanece esa luz? En ti, sí, en ti siempre ha existido esa esencia de Dios Padre Madre Universal ¡Qué belleza saber esto! Saber que en nosotros mora ese Espíritu Divino nos hace sentir grandes y, sobre todo, empezamos a reconocernos como seres amados, únicos y especiales.
Si hay otra cosa que comienzas a reconocer es que tu cuerpo es un templo que debes proteger, es sagrado y, conscientes de esta gran maravilla, entonces nos proponemos cuidarlo con mucho amor y ternura. Esa relación de la cual te hablo en mi libro “Iluminación”, pasa por establecer un vínculo de amor puro y sincero con Dios, con la Divinidad que habita en ti y, te aseguro que si lo logras, sentirás una paz y un gozo supremo.
Con esto no quiero decirte que no acudas a esos lugares, seas de cualquier religión o creencia, a conectarte con el Dios en quien tú crees, solo quiero aclararte que no necesitas “salir” para hablar y ser escuchado, para sentir esa calma que imploras, para revivir tu fe y declarar tu amor. No te sientas culpable si llegaste a un punto de que no sientes la necesidad de ir a los templos, a veces no es por flojera, no es porque perdiste la fe, no es porque no eres agradecido o agradecida, a veces es porque ya has encontrado al Dios mismo en ti y eso te hace sentir que no necesitas moverte para sentir su presencia.
Cuando viajo, me gusta ir a lugares sagrados, por la buena energía que se concentra en esos sitios, pero estoy seguro que en mí habita la divinidad, entonces lo que hago es sentirme doblemente recargado de amor y de luz, cuando voy a esos templos, muchos con diferentes creencias. Así que todo depende de lo que tú creas en lo más profundo de tu Ser, lo demás te lo crea la mente. Ábrete a sentir toda esa fuerza que habita en tu interior, cuando dejes fluir toda esa energía, te sentirás en otro nivel de consciencia, porque Dios mismo te permite escucharlo, verlo en ti y abrazarlo desde lo más íntimo de tu Ser.
Hasta la próxima publicación…
Zuluan Orion