Revista Opinión
Esta reflexión se le atribuye a Spinoza, y entonces, Dios hubiera dicho:Deja ya de estar rezando y dándote ¡golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa!Mi