Con frecuencia se encuentran personas que no es congruente lo que piensan, lo que dicen y lo que hacen. Pasan la vida soñando cosas y no hacen ni el mas mínimo esfuerzo de su parte para que pasen. Quieren vender algo pero no anuncian sus productos, quieren conseguir el empleo que les gusta, pero se resignan con el que tienen, quieren ganarse la lotería y no compran el billete.
Estos son ejemplos extremos, pero en el día a día, todos, absolutamente todos, caemos en menor o mayor grado en este letargo. Nos quejamos de muchas cosas, de un servicio, pero no informamos a quien lo presta como puede mejorarlo. Aun peor, nos conformamos con recibir menos de lo que queremos por pereza a pedir mas.
Nos quejamos o nos resignamos a lo que hagan los demás, y nunca decimos que esperamos de ellos. Esperamos a que nuestros jefes, familiares, amigos, clientes y proveedores; tuvieran un lector de mentes que les indicara cuales son nuestros deseos y expectativas. ¿Sabes que? – No lo tienen!
Razón por la cual seria bueno que a partir de este momento trabajes junto a Dios y lo ayudes a ayudarte. Cuéntale a la gente que te rodea como podría hacerte mas feliz.
Si crees que algo puede mejorar…dilo!
Si algo te causa incomodidad…dilo!
Si necesitas poner limites…Márcalos!
Si alguna cosa te gusta…celébralo!
Dios trabaja contigo…No para ti!