Revista Opinión

Dios ¿una proyección de nuestros deseos? (II)

Por Beatriz
autor: blog Agua Viva
El teólogo Fernando Ortega en su artículo “Dios, la religión, y la fe” hace mención a la crítica a la religión: que ha sido inventada por los mismos hombres para colmar nuestras aspiraciones, calmar nuestras angustias, hacer posible lo que todos deseamos, y satisfacer nuestra sed de sentido y de eternidad. Todo ello encontraría su formulación más lapidaria en la frase de Andrés Comte-Sponville: "Una creencia que responde tan exactamente a nuestros deseos hace temer que haya sido inventada, justamente, para satisfacerlos".
En un post anterior tratamos el mismo tema: ¿el cristianismo es una proyección de nuestros deseos?
Dice Ortega:
"Ghislain Lafont, en su libro Dios, el tiempo y el ser, aborda la cuestión de la experiencia bíblica de Dios. Allí señala que, en su etapa inicial, Dios es concebido a partir del humano -"demasiado humano"- deseo de felicidad: Dios bendice, Dios da, Dios protege, Dios acompaña, Dios cuida, Dios está presente. Y el hombre se siente bien con El; le resulta provechoso y natural relacionarse con ese ser benéfico que tan perfectamente se acomoda a su deseo de felicidad y lo garantiza. Al menos, para la vida en este mundo, que para el hombre bíblico será por mucho tiempo el único que cuente, ya que la esperanza en la vida eterna nace sobre el final del Antiguo Testamento.
El Dios bíblico no rechaza este modo "demasiado humano" de ser buscado y encontrado por el hombre. Es más: parecería alegrarse -como el padre de la parábola del hijo pródigo- en ser reconocido así por el humano, es decir, en función de la felicidad a la que éste aspira.
Si la aventura religiosa terminara allí, ¿cómo no darles la razón a Freud, a Comte-Sponville y a tantos otros que en esa figura de un padre bueno y todopoderoso han visto una mera ilusión o una proyección o un invento del corazón humano, herido por frustraciones de todo tipo, comenzando por la muerte? Pero para el relato bíblico, eso es sólo el inicio de un itinerario, el de la vida de la fe. La religión debe madurar en la fe.
Será Dios mismo quien, una vez que el hombre haya reconocido su presencia anticipada en el don, en la bendición, en la protección, se distancie -a veces brutalmente- de esa imagen primera -religiosa, muy humana, a veces hasta idolátrica- que El mismo ha favorecido: ahora, el Dios bueno prohíbe (Adán); el Dios de la vida pide el sacrificio (Abraham); el Dios que colma de bienes permite la ruina total (Job); el Dios que dice amar a su Mesías lo abandona en el suplicio espantoso de la cruz (Jesús). Se podría pasar del texto bíblico a la experiencia de los que llamamos santos, y encontraríamos una continuidad esencial. Pensemos tan sólo en Teresa del Niño Jesús o en Teresa de Calcuta? El término "noche oscura", amado por los místicos, no dice ni de lejos el horror y el dolor de la muerte espiritual padecida por ellos ante la "desaparición de Dios" (Bellet).
¿Sigue siendo este Dios -y la consecuente religión- algo que "responde exactamente a nuestros deseos"? "
A las razones de Ortega voy a añadir las mías:
Si el cristianismo se tratara de una proyección de nuestros deseos lógicamente nos brindaría seguridad total de nuestra salvación para satisfacer nuestra sed de eternidad y NO encontraríamos en la biblia pasajes como éstos:
“No todo el que dice ‘Señor, Señor’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ¡Señor, Señor! No profetizamos en tu nombre, y en nombre tuyo arrojamos los demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Yo entonces les diré: Nunca los conocí; apartaos de mí, obradores de iniquidad”
“! Qué estrecha es la puerta y qué angosta la senda que lleva a la vida, y cuán pocos los que dan con ella !”
“Porque muchos son los llamados y pocos los elegidos” (Mateo 22, 14)
Si el catolicismo fuera el producto de una proyección de deseos enseñaría que somos “salvos, siempre salvos” aunque "forniquemos mil veces al día" como enseñaba Lutero, pero ocurre todo lo contrario, la doctrina católica enseña que nadie -ni siquiera el más santo- puede asegurar que ya está salvado.
Ni siquiera el gran San Pablo presume de ser “salvo”:"No es que la haya alcanzado ya, es decir, que haya logrado la perfección , sino que la sigo por si logro apresarla"
Ni un Papa, cardenal, obispo o sacerdote puede decir que tiene la salvación asegurada.
Pero hay más…Jesús enseñó que si quieren seguirlo que dejen a su padre y a su madre, a su esposa, a sus hijos, a sus amigos…. ¿quién DESEA dejar a las personas que más ama?
Si te golpean en una mejilla, pon la otra mejilla…. Seamos honestos ¿quién DESEA algo así? Más bien deseamos devolverle el golpe….
También deseamos recibir honra, que las personas nos contemplen y admiren… en cambio Jesús nos dice “busca el último lugar”.
Y lo más increíble de todo -y lo que más nos cuesta a los cristianos-: Jesús nos dice que AMEMOS a las personas que nos ofenden, a los que nos han calumniado y se han burlado de nosotros….¿quién DESEA amar a quien le ha hecho tanto daño? Lo natural es odiar con todas nuestras fuerzas a quien nos hace daño.
Si el catolicismo es una proyección de deseos enseñaría que si eres rico que sigas disfrutándolo porque esa es tu bendición, y si eres pobre, pues, ni modo, resígnate…. Entonces el rico vivirá disfrutando tranquilamente de su riqueza, y el pobre se resignará sin ninguna opción a mejorar, tal como se enseña en el hinduismo y su sistema de castas. Los ricos cumpliendo felices y tranquilos el destino que supuestamente Dios le asigna….
Pero sucede lo contrario, Jesús al rico le dice “ve, véndelo todo y dalo a los pobres”
Y también “es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico pueda entrar en el reino de los cielos”.
“Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo.”
Si de responder a nuestros deseos se trata, a los ricos les convendría más ser hinduistas.
Tiene razón Andrés Comte-Sponville, una creencia que responde exactamente a nuestros deseos hace temer que haya sido inventada, justamente, para satisfacerlos.http://www.historiadelaiglesia.org/feeds/posts/default http://www.oecumene.radiovaticana.org/spa/rssarticoli.asp http://www.aciprensa.com/podcast/evangelio.xml

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