La huelga de los pilotos de Iberia de días 18 y 29 de diciembre debe entenderse como parte de la lucha de clases enunciada por Marx: estos dioses del aire, antiguos aristócratas laborales, rechazan ser proletarizados y convertidos en conductores de autobuses voladores.
Porque el proyecto de la compañía de crear Iberia Express, línea barata estilo Ryanair, terminará quitándoles dinero y aquél halo de divinidad que tenían, aunque la empresa garantice que les mantendrá sus condiciones actuales.
Ya hay pilotos conduciendo vuelos más baratos que los autocares turísticos, y hasta las angelicales azafatas son gente común o azafatos que actúan como acomodadores de cine.
Se comprende que los pilotos de Iberia, que según la compañía ganan una media de 200.000 euros anuales, teman que la nueva marca los absorberá y que terminarán ganando unos 40.000 euros, cifra que tampoco está tan mal teniendo en cuenta que en Ryanair algunos no llegan a los 30.000.
Quizás menos aún por la degradación salarial que están provocando la mundialización y la proletarización de toda actividad no novedosa ni creativa, como era la suya cuando sólo volaban las élites.
Ahora, el Banco Central Europeo (BCE) reclama que España permita que haya trabajadores con sueldos mensuales de 400 euros, según un programa contra el desempleo que ya se experimentó con éxito en la rica Alemania.
Los pilotos van a miles de metros de altura de unos lugares a otros y ven bajo ellos el mundo muy pequeñito, por lo que quizás no detectan que las hormiguitas de la superficie están igualando, lenta e inevitablemente, su nivel de vida.
Y además temen que algunos colegas, como los legendarios pilotos bolivianos que vencen las terribles condiciones de los Andes, vuelen sus aviones por muy pocos euros.
---------
SALAS
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure