La romanización de la carpetania supuso la alteración total de las formas de vida anteriores, desde la organización espacial a la agricultura, pasando por la religión. La religión prerromana, como ya expresé antes, no puede ser inferida por ningún texto ya que bastante pocas son las menciones a la carpetania, y casi siempre en contextos descriptivo-geográficos o militares (con la consecuente demorfación histórica), como para hablarnos de la religion.
Hoy en dia no conocemos ni uno sólo de los teónimos prerromanos carpetanos, y respecto a los santuarios, los únicos que se han localizado por ahora, o que se han interpretado como tal, están en El Cerrón de Illescas y en Cerro Redondo en Fuente el Saz. Por lo tanto, y a falta de nuevas investigaciones, la religiosidad carpetana no es conocida. Sin embargo, como dije, podemos acercarnos algo a ella con testimonios como los de el Relieve de Illescas o las estructuras funerarias (como las de la necrópolis de Palomar de Pintado) que están en proceso de estudio y publicación. Por lo tanto, los romanos aportaron sus propios teónimos (los recogidos en las fuentes y en la epigrafía) y sus propios lugares y formas de culto, como pueden ser los ninfeos, de los que tenemos un ejemplo en Complutum.
Respecto a los lugares de culto en el medio rural tampoco conocemos santuarios rupestres al modo de Collado de los Jardines o piedras sacras (estilo Panoias, Ulaca y demás conocidas). Una excepción puede ser la información aparecida hace más o menos un año en el periódico El País en que un arquólogo hablaba de un posible altar rupestre en la zona de El Escorial. Ahora bien, entrariamos en la discusión de si esta zona estaría poblada por Carpetanos.
La otra cuestión planteada, que enlaza con la anterior es qué entendemos por carpetanos, ya que no hay un consenso establecido. No sabemos si formaban una etnia o una tribu formda por ciudades independientes o si todas ellas se referían a sí mismo como Carpetanos. Para una mayor profundidad en esta cuestión me remito al artículo antes citado de D. Urbina.
Mi opinión personal es que lacarpetania (Madrid y el oriente de Toledo principalmente) comparte una misma unidad geográfica en la que las formas de vida (subsistencia, hábitat,propiedad, etc)y por lo tanto las estructuras sociales serían similares y como tal unidad fueron vistas por cartagineses primero y por romamos después. Sin embargo, esta visión exógena estaba lejos de comprender la veradera complejidad de la zona y tendían a la simplificación de nombres y por lo tanto nos transmitieron esta idea de unidad étnica. Esta cuestión no es restrictiva a carpetania, sino que ocurre con las fuentes referidas a multitud de zonas peninsulares e incluso de todo el Imperio.
Más aún, cabría apuntar que puede que esta unidad geográfica se reflejase verdaderamente en la organización étnica, tal y como parecer ocurrir en algunos campos de la cultura material como la dispersión de la Cerámica jaspeada, pero que no es tan general en otros campos tangibles como parece ser, contradiciendo mi propia idea de unidad, el patrón de asentamiento. Este parece reflejar una separación entre las zonas toledanas, especialmente la Mesa de Ocaña, con un amurallamiento y arquitectura en duro desde el siglo V a.C., y la de las vegas de Madrid, como el valle del Henares, en donde tales características no se datan hasta los siglos III-II a.C. Ahora bien, las nuevas investigaciones resultado de la excavaciones de urgencia en la periferia de Madrid podrían alterar este panorama.
Respecto a si eran celtas, o si esta zona estaba celtizada mejor dicho, el debate parece inclinarse tradicionalmente hacia la afirmación, pero la cultura material refleja una gran variedad de influencias, tal y como corresponde a una zona de vías de paso y conectada tanto con la zona ibérica como a la indoeuropea. La cerámica es de influencia mayormente ibérica, así como la iconografía, de tipo mediterráneo, reduciéndose las pruebas de cierta celtización a algunos elementos como una espada de antenas atrofiadas y a la existencia de una Contrebia Cárbica, que ni siquiera es seguro se situase en zona carpetana.
La prueba que aporta Piedra de las coaliciones con vacceos, celtíberos y vettones, ha sido puesta reciéntemente en conexión con la necesidad de estos pueblos de que los romanos no controlasen las vías ganaderas de trashumancia que tenían como punto de paso intermedio la zona Carpetana, especialmente la más próxima a Toledo y que esta ciudad debía controlar.
Respecto a si los carpetanos hablaban o no una lengua céltica o indoeuropea la falta de topónimos generalizados en -briga, me inclina a pensar que tal vez no, y una prueba sea la existencia de una tesera de hospitalidad que mencione una ¿tribu? de la carpetania.
En resumen, la religión romana pudo asmiliar ciertos aspectos de la anterior, pero la prueba material generalizada es que trajeron nuevas formas de expresión religiosa, que al ser las que se han estudiado no permiten saber nada de las formas anteriores.Y en lo que atañe a la personalidad de la carpetania decir que es una de las regiones peor conocidas, pero que no está exenta de un grán interés, y, debido a la falta de conocimientos, no podemos asegurar ninguna de nuestras afirmaciones, entre ellas que eran una única etnia o que fueran celtas.
En las creencias de los carpetanos no queda más remedio que introducirse en el movedizo terreno de la conjetura, porque al contrario que de los pueblos vecinos, no ha quedado rastro, al menos de momento, de los dioses carpetanos en la epigrafía romana. Ni Ataecina, ni Airón, ni Endovellicus, ni Lug, ni demás dioses de los panteones célticos y lusitanos, que son los más próximos a nuestros protagonistas.
Esto no significa que los carpetanos no adorasen a dioses propios, lo que ocurre es que no han aparecido vestigios del culto, o es que entre sus costumbres no estaba la de citar por su nombre al dios al que le pedían árnica. Probablemente tuvieron sus representaciones materiales de las divinidades, pero puede ser que el material sobre el que lo realizaban fuese perecedero, como la madera, o que la intransigencia de los acólitos de posteriores religiones asentadas en el solar carpetano acabara con sus restos.
Como buenos célticos (con sus matices ibéricos), debieron adorar a un dios sin nombre, un dios superior, máximo y óptimo, como el Júpiter romano, caracterizado por un notable talante guerrero. Pero también debieron de ser devotos de la Diosa de la Naturaleza y de la Fecundidad, la Diosa Madre celta, indoeuropea. Como no se ha documentado la religión druídica en la Península Ibérica, es de suponer que tampoco hubiese druidas entre los carpetanos.
No olvidemos que las corrientes culturales y humanas procedentes del centro de Europa, atravesaron los Pirineos y aquí se fosilizaron, mientras que allende nuestras montañas protectoras y separadoras al mismo tiempo, tales ideas evolucionaban. Nuestros celtas proceden de una estirpe muy antigua, donde no había todavía sitio para las creencias druídicas. No obstante los carpetanos eran devotos de la Naturaleza, y realizaban sus prácticas de culto en santuarios al aire libre, algo que a los romanos les irritaba sobremanera, puesto que ellos estaban habituados a los templos cerrados.
Los carpetanos debieron adorar al caballo, y a las divinidades acuáticas, como la inmensa mayoría de los celtas peninsulares. En Complutum eran especialmente afectuosos con las ninfas de las aguas. No olvidemos la fama de los jinetes meseteños, por cuya contratación se pegaban romanos y cartagineses.
Durante época romana, el culto a Marte, el dios de la guerra romano estaba muy extendido, y se asociaba su culto con el toro, animal de carácter sagrado en todo el Mediterráneo y sus riberas. El toro tenía además un matiz de orden astral, tiene carácter funerario y también simboliza la fecundidad. La religiosidad indígena también estaba predispuesta a los sacrificios cruentos y combates gladiatorios en los funerales de grandes personajes, como Viriato, que no era carpetano, pero sí lusitano, con quienes hubo bastante contacto, y no siempre amistoso.
Sí se conocen aras votivas en la Carpetania con inscripciones romanas, pero dedicadas a dioses romanos, aunque seguramente muchas divinidades del panteón romano se asimilaron con los indígenas, como Marte. En cambio, las alusiones a religiones mistéricas orientales, y por supuesto a los viejos dioses carpetanos, brillan por su ausencia. También está documentado en los municipios carpetanos de época imperial el culto al emperador, cuya gestión llevaban un colegio sacerdotal dominado por libertos, los sevires augustales.
Ikesancom lunes, 20 de enero de 2003 a las 00:00Leer más: http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=1038&cadena=carpetania#ixzz3Jb4uIC45
http://www.rutasconhistoria.es/articulos/quienes-eran-los-carpetanos
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