Siempre he pensado que la palabras no son inocentes; de hecho, creo que desvelan nuestra auténtica personalidad y ponen de manifiesto nuestro modo de entender el mundo e incluso nuestra propia ideología, aunque muchas y muchos insisten en que hoy no hay derecha, ni izquierda. Evidentemente quienes sostienen semejante desatino son, sin excepción, quienes defiende el mercado, la banca, la patronal y el llamado neoliberalismo. Sirva esta reflexión para enmarcar el talante del Gobierno del PSOE y sus altos cargos, que en los últimos años han confesado sus fobias al embajador de Estados Unidos en Madrid. Qué casualidad que todas las críticas hayan tenido blanco a quienes representan discursos más próximos a valores de justicia social que a quienes están en el origen de la crisis económica y sus nefastas consecuencias sobre la población.
Gracias a Wikileaks sabemos hoy lo que piensan nuestros representantes de Hugo Chávez, Fidel Castro, Daniel Ortega y Evo Morales. La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, por ejemplo, llama “payaso” y “bestia“, en privado, al presidente de Venezuela; su opinión es compartida por Zapatero, Rajoy y Moratinos, quienes califican como un “desastre” la situación del país caribeño, en el transcurso de sus confidencias a Estados Unidos. Todos estas declaraciones han sido publicadas en España por el diario El País y dejan en evidencia a sus autores, que parecen rendir pleitesia al embajador USA, haciéndole el juego en su discurso anti-Chávez. En tono de disculpa, que suena a sumisión, nuestros representantes aseguran que las visitas del presidente de Venezuela a España, en 2005 y 2009, fueron provocadas por su instencia y no por invitación expresa.
Fidel Castro, Daniel Ortega y Evo Morales tampoco salen mejor parados. La diplomacia norteamericana reconoce en un documento interno que Zapatero mantiene una actitud de “desdén” en relación con el líder cubano y añade que el presidente español “no quiere ninguna relación con él“. Daniel Ortega es calificado como un “loco, errático e imprevisible“. Evo Morales, según Miguel Angel Moratinos, es “honesto, pero ignorante e inexperto“. Rafael Correa tampoco escapa de los insultos de la diplomacia española, que le acusa de decir sólo “barbaridades“. Todo un ejemplo de bueno modales, respeto institucional y mano izquierda. No sé si se trata de un error intencionado o un despiste, pero en estos documentos no se dice nada, por ejemplo, del presidente de Colombia, aliado de Estados Unidos. Por supuesto, nuestros dirigentes tampoco opinan de Bush y casi mejor porque si lo hicieran, visto lo visto, igual era para lanzarle loas y alabanzas.